Finalmente, luego de casi veinte años de lucha, el pueblo chubutense logró que la minera Pan American Silver manifestara que se va, que abandona el proyecto Navidad, sosteniendo que no hay apoyo político.
¡Y por supuesto que esto sólo puede entenderse como un triunfo de la lucha!
Recordemos que la lucha del pueblo trabajador chubutense contra las megaminería arranca allá por el 2003, en Esquel, contra el proyecto Suyai de Meridian Gold, que luego obtuvo Yamaná Gold, la que ahora hizo un acuerdo para llevar adelante el proyecto con Patagonia Gold, empresa que tiene el negocio de la mina Calcatreu, al sur de Río Negro, parte de la misma formación geológica del proyecto Navidad de Pan American Silver.
Fue con organización y lucha que lograron la Ley 5001 que prohíbe la explotación minera.
Con esa misma organización y lucha, allá por 2014 presentaron la primera iniciativa popular prohibiendo toda la explotación minera. Iniciativa que los que hacen leyes para los negocios de unos pocos ningunearon y ensuciaron en la podredumbre de este sistema. Fue en ese marco que el Diputado Muñiz fue fotografiado recibiendo instrucciones en su celular de parte la empresa minera, respecto del proyecto sobre el que debía legislar.
Para muestra basta un botón decía mi abuela.
Este proyecto se volvió a presentar en 2020, con la firma de 30.916 personas en plena pandemia. La legislatura de Chubut volvió a cerrar los ojos y abrir los bolsillos, rechazando el proyecto sin grieta de ningún tipo, demostrando que la única grieta está entre los negocios y las aspiraciones de vida digna de los pueblos.
Y, si bien utilizaron el rechazo popular a la megaminería como propaganda de campaña, como en el caso del propio Arcioni que dijo con el mayor cinismo: “La fuerza de la cordillera sos vos, somos nosotros. Esa fuerza que defiende los recursos de la provincia. La que le dice No a la megaminería que quieren imponer desde Buenos Aires”; cuando tienen que gobernar, que es lo mismo que decir: usar los resortes del Estado al servicio de los negocios de la gran oligarquía, de los monopolios; allí no hay discurso que valga, ni de “derecha” ni de “izquierda”, ni “populista” ni “gorila”, sino sólo negocios y eso es lo único que les importa.
Recordemos que el mismo Arcioni llevó adelante el proyecto de zonificación minera en diciembre de 2021, que mereció el más rotundo y categórico rechazo del pueblo trabajador organizado y que los obligó a recular
Ahora bien, en ese contexto. ¿Podemos decir que “ya está, se van”?
Como afirmara la misma Pan American: «de Argentina no se va a retirar. Obviamente las operaciones que tenían en Chubut van a ser reestructuradas. Pero la intención es permanecer en la Argentina»
Hay que tener en cuenta que el proyecto original comprendía Calcatreu-Navidad, involucrando las dos provincias: Chubut y Río Negro.
Agreguemos que el proyecto Navidad, promete producir unas 212,62 toneladas anuales de plata constituyéndose en uno de los yacimientos más importantes del mundo. Por su parte, Calcatreu es un yacimiento de oro de alta ley y plata, en vetas de cuarzo y adularia de baja sulfuración-lo que implica menor costo de producción-, que promete aportar 208 toneladas de plata y unas 21 toneladas de oro anuales. Como referencia, baste decir que, por ejemplo, Pascua Lama, prometía extraer 24,9 toneladas de oro al año.
Adviértase que, a un valor por kilo de oro de U$S 56.159,16 y de plata de U$S 617,85, estamos hablando de un valor anual de U$S 13 mil millones en oro y U$S 128 millones en plata.
Calcatreu, fue otorgado por el gobierno rionegrino a la empresa estatal francesa La Source Developpement Argentine, cuyos derechos fueron luego adquiridos por la empresa australiana Normandy Mining Limited.
En 2002 la firma Newmont Mining compra Normandy Mining y los derechos de Calcatreu. En 2003 Minera Aquiline Argentina SA compra Newmont y los derechos de Calcatreu. En 2010 el proyecto fue adquirido en su totalidad (Calcatreu y Navidad) por la firma Pan American Silver, que en 2017 le vendió a Patagonia Gold los derechos de Calcatreu.
Esta compañía ahora posee aproximadamente 475.500 hectáreas de propiedades mineras en la Provincia de Santa Cruz, ubicadas en el Macizo del Deseado. Además, posee aproximadamente 420.000 hectáreas de propiedades mineras en la Provincia de Chubut, principalmente en las cercanías del proyecto Navidad de Pan American Silver y el proyecto Esquel de Yamana, junto con 20.000 hectáreas de propiedades en la Provincia de Río Negro.
Por su parte, el proyecto Navidad, ya tenía nombre a mediados de los ‘90 y se llamaba «proyecto Sacanana».
En 1998, la minera Normandy mediante la adquisición de La Source Developpement Argentine y luego adquirida por Newmont (que era por entonces la principal productora de oro); sosteniendo que los resultados de Calcatreu no justificaban la inversión, inicia una segunda etapa de exploración, llamada «Project Generation» que conduciría al posterior descubrimiento del yacimiento Navidad.
Todo esto se da en medio de fuertes luchas en ambas provincias.
En Río Negro, por ejemplo, la asamblea de Jacobacci se constituyó en marzo de 2004, logrando en 2005 la sanción de la Ley 3981 que prohíbe la minería, lo que no impidió que Aquiline (hoy propiedad de Pan American Silver) continuara con los trabajos de prospección.
Es que las empresas cambian por distintos motivos: o bien porque la lucha entre capitales hace que una sea absorbida por otra, o bien por cuestiones de lavado de dinero (del que ganan y no declaran), o evasión de impuestos o, incluso, para “legitimar” las explotaciones apelando a un chauvinismo nacionalista, pretendiendo que empresas como Aquiline son locales o incluyendo “Patagonia” en el nombre. Si nos roban, contaminan y matan qué no se note ¿vio?
En este contexto, con el volumen de negocios y los gobiernos de todo signo garantes de su concreción, por supuesto que no se van a dar por vencidos.
De una u otra manera intentarán llevar adelante el negocio que les promete inmensas ganancias, con bajo costo; exenciones impositivas y subsidios al transporte, la energía y el agua; mano de obra calificada y barata y todo cuanto otro beneficio le garantice el Estado a su servicio.
Es que, en los marcos de este sistema, con los Estados sometidos a las decisiones de los grandes capitales, no hay salida a las aspiraciones de vida digna de los pueblos.
Sólo la revolución socialista, que es el gobierno en manos de la clase obrera y el pueblo es capaz de cambiar esta degradación que sufrimos de nuestras condiciones de vida.
Y esa organización, la comenzamos a construir desde hoy, con unidad, democracia directa y lucha.