El jueves pasado los trabajadores de desmalezado, maestranza, limpieza y mantenimiento del ferrocarril Sarmiento y del Belgrano Sur, acompañados por varias delegaciones de otras líneas, se movilizaron a las oficinas del SOFSE (Trenes Argentinos) en la zona de Retiro en CABA.
Cortaron la avenida del Libertador y coparon el edificio de la empresa exigiendo la atención a sus demandas de salarios y condiciones de trabajo actuales y de vieja data.
Esta movilización se llevó adelante en el marco de la huelga por tiempo indeterminado que unánimemente resolvieron en asambleas de base durante la semana anterior.
La movilización hizo ruido y se hizo sentir en las gerencias empresariales. De inmediato y ante un escenario que los mismos trabajadores están dispuestos a profundizar -desde la lucha si no se conceden sus demandas- la empresa Trenes Argentinos (que no quiere ruidos, ni conflictos políticos de ninguna índole) representada por el gerente de asuntos jurídicos, citó a una reunión urgente entre: los trabajadores, la empresa contratista (Servisud S.A) y la propia Trenes Argentinos, para resolver de forma inmediata la situación.
En la sede de Castelar del ferrocarril Sarmiento, con la presencia de los trabajadores movilizados, el clima áspero se hacia sentir.
Desde un principio las patronales intentaron mediante provocaciones impedir toda posibilidad de llevar la reunión adelante. No querían dejar ingresar al predio a los trabajadores del Belgrano Sur, decisión sobre la que debieron retroceder porque si no los dejaban pasar iban a avanzar a un corte de vías y avenidas.
Por otro lado, los apoderados de Servisud pretendieron desconocer a los delegados de base de la organización de los trabajadores.
A tal punto llegaron con sus provocaciones estos personajes llamados apoderados y gerentes, que a viva voz trataban a las y los trabajadores de ignorantes, analfabetos y bestias, llegándolos directamente a putearlos, con el fin de provocar respuestas que tiren la reunión para atrás. Pero la firme actitud de los trabajadores y sus delegados no “pisaron el palito”.
En las mismas oficinas donde no tuvieron más remedio que reunirse para avanzar con las demandas de los trabajadores, los empresarios y la representación gremial del sindicato de maestranza, sacaron a relucir las contradicciones entre ellos.
Los insultos entre gerentes y representantes gremiales del sindicato de maestranza llegaron a niveles desaforados y cruentos, culpándose unos a otros por este escenario. El espectáculo no podría ser más grotesco y patético. Los gritos se oían desde el predio, fuera de las oficinas donde estaban los trabajadores.
Mientras los delegados de base observaban como burocracias y gerencias se sacaban los “trapitos al sol” y ante la posibilidad que utilicen esta situación para romper la reunión, hartos de todo este espectáculo de ninguneo, amenazas y manoseo laboral que pretende jugar con sus vidas nuevamente, plantados en la movilización, forzaron a que se lleve la reunión adelante porque si no se pudría todo.
Si los intentos previos frente a todos los trabajadores –fuera de las oficinas- no rindieron sus frutos y fue otro golpe duro, a puertas cerradas el peso de la movilización se hizo sentir aun con más rigor.
Sus demandas son más que claras. Transporte para que los lleven a los lugares distantes donde tienen que trabajar; baños e instalaciones apropiadas para refrigerios e higiene (no quieren hacer más sus necesidades al costado de las vías); reconocimiento como trabajadores del ferrocarril lo que implica incorporar 20.000 pesos al salario; pago de un plus de $ 25.000 que se les da a todos los trabajadores del ferrocarril -inclusive a otras actividades tercerizadas como vigilancia; aumento de 30% como plus por aumento paritario; y basta de descuentos compulsivos que desde hace varios meses se implementan sin ninguna justificación a todos los trabajadores.
La respuesta empresarial fue que las demandas son “aceptables y pueden ser resueltas”. “Es cuestión de ver como las encaramos en la empresa, durante la semana próxima las definiremos”, dijeron.
En él mientras tanto la huelga por tiempo indeterminado continua. Más aún, si estas demandas no se resuelven de forma inmediata en los días venideros, “profundizamos las iniciativas de lucha”, posición planteada al final de la reunión por los trabajadores. Los propios obreros de varios ferrocarriles ya están al tanto de esta lucha y la cosa puede alcanzar una masividad mayor.
La situación aún no está resuelta. El hartazgo de los trabajadores se deja sentir en el aire. La empresa, a modo de calmar las aguas y que este enfrentamiento no pase a mayores, el mismo viernes a la tarde fueron depositadas las sumas de dinero descontadas compulsivamente durante varios meses.
Porque desde hace varios años los vienen ninguneando. Es una decisión política que les ha permitido dilatar aumentos, dispersar fuerzas, generar falsas expectativas y a la par de todo ello achatar salarios y tratar de imponer el disciplinamiento compulsivo.
Durante el 2021, frente al aumento de sus luchas, con días de paros y otras medidas de fuerza, las amenazas de despidos, de juicios, de apremios y sanciones se sumó, al ninguneo y al disciplinamiento frente al cual hicieron también un paro, que no impidió a la empresa descontar los días y hacerse los fesas frente a los aumentos.
¿Qué cambió o que está cambiando en términos cualitativos para que el escenario ya no es el mismo, ni para el capital monopolista y su gobierno, ni para los propios trabajadores?
¿Qué cambio que los de arriba no quieren problemas con los de abajo y retroceden?
¿Solamente la proximidad de las elecciones?
Sin duda que no. El hecho que la lucha de clases avance al compás del hartazgo de las y los obreros, a la par de una mayor comprensión politica de su propia acción como clase.
Las formas de organización de base con metodologías de democracia directa, asamblearias y ejecutivas adquieren una mayor independencia frente a la institucionalidad burguesa. Además, luchas como las del neumático pusieron la impronta de la masividad como clase.
Todo esto contribuye a que la debilidad política de los de arriba -abonada por la propia crisis de este sistema- se exprese en sus contradicciones, en el pase de facturas, en sus disputas, en su improvisación y en la incapacidad de sostener sus engaños, en su división.
Cuando la clase obrera avanza como clase debilita a la burguesía, aun en un escenario de resistencia activa como el presente. La ingobernabilidad es un problema serio para ellos. Más aún si ella se expresa en la lucha de la clase obrera en fábricas y empresas. Como lo está ratificando también la lucha de los trabajadores del Sarmiento y del Belgrano sur.