La burguesía nos bombardea, a través de sus medios instalando ideas sobre las maravillas que traerá para el pueblo el programa “Precios Justos”, en tanto, dicen ellos, “combatirá” la inflación y evitará que se agraven las condiciones de miseria del pueblo… dicen.
Sin embargo, en sus publicaciones de negocios, en los análisis que no son para instalar el engaño en el pueblo sino para que la burguesía reproduzca su capital, se sinceran al calor de la rentabilidad reclamada a gritos por los monopolios.
Allí no hablan de “precios justos” sino del “crawling peg”, es decir, de una devaluación contenida de la moneda. En criollo: que haya inflación pero que no se note tanto.[1]
En sus publicaciones festejan que el “crawling peg” haya subido, es decir, que la devaluación del periodo haya sido mayor. Hablan de la necesidad de “acortar la brecha” entre el dólar oficial y el dólar de mercado, lo que significa que el dólar suba, que se devalúe el peso y, así, se licúan salarios y obtienen “rentabilidad” para la exportación.
Sobre el hambre del pueblo sostienen y reproducen su capital.
Dicen, por ejemplo: “La voluntad del gobierno es claramente evitar a toda costa un salto discreto en la devaluación del tipo de cambio, ya que una de las consecuencias que este, en las actuales condiciones macro impactaría en una aceleración de la inflación, redundando en mayor pobreza y, de esta manera, produciendo un deterioro en la imagen política del oficialismo estando a las puertas del 2023, año electoral” Aclaremos que salto discreto implica una suba brusca del dólar con relación al peso.
Esta frase debe leerse en un contexto mundial en que la producción está altamente transnacionalizada, en el que, además, los capitales monopolistas controlan los resortes de los Estados nacionales y combaten por este control entre sí, en un escenario de crisis capitalista económica y política estructural, de la cual no hay salida en los marcos del sistema, sino a costa de aniquilar aún más las condiciones de vida del pueblo laborioso.
Subir el valor del dólar oficial implica, por un lado, que aumenten los insumos para la producción que se pagan en dólares, pero por otro, implica licuar los salarios, y con ello ganar productividad y rentabilidad para exportar, todo lo cual también aporta al proceso inflacionario, sometiendo al pueblo trabajador a mayores padecimientos para sostener las ganancias empresarias.
Pero como bien reconoce la burguesía, esto no lo pueden hacer “de un golpe”, lo tienen que hacer de a poco porque el horno no está para bollos. Casi con miedo a nombrarlo, hacen referencia en la misma nota a la imposibilidad de un salto devaluatorio, diciendo que están los “indicadores de confianza en niveles deprimidos”, para referirse a la crisis política. Es decir, a un pueblo trabajador que está harto de la miseria impuesta por monopolios, sus funcionarios y sindicalistas, en nombre de sus ganancias, y que va encontrando en la lucha los caminos de su unidad e independencia de clase.
En otra nota, se explayan más sinceramente: “Argentina es casi 30% menos competitiva que en los inicios de 2021, porque la inflación corrió más rápido que el tipo de cambio y eso hace muy difícil la acumulación de divisas por parte del BCRA. Pero hay razones «políticas» para postergar una devaluación: con reservas netas escuálidas, inflación inercial en 100% (más de 6% mensual) y a menos de un año de las elecciones, los costos económicos, sociales y políticos de un salto cambiario sugieren la conveniencia de ocultarlo con cepos y desdoblamientos sectoriales.”[2]
Es decir, el gobierno miente descaradamente cuando llora lágrimas de cocodrilo por el hambre del pueblo y dice que intenta bajar la inflación. Porque la política que impulsa desde el BCRA es la devaluación contenida. No porque le importe el pueblo, sino porque saben que si no lo hacen de esta forma tiemblan sus negocios; pero la devaluación, sí o sí la necesitan y la aplican
Eso sin dejar de mencionar que, para mantener esos niveles de depreciación monetaria controlados, el gobierno de los monopolios acordó con los distintos sectores algunos beneficios extra, a los que ya reciben [3], acordando exenciones impositivas, dólares a la medida de su necesidad y otras mercedes.
Recientes luchas obreras le han demostrado a la oligarquía financiera y sus gobiernos que el camino de la independencia de clase, de la unidad por abajo, de la democracia directa, de la lucha por la dignidad viene construyéndose, y que esto le arruina sus negocios y los obliga a recular, y pretenden evitar la bronca y la lucha inevitable, tratando de disfrazar sus aprietes de “ayuda” al pueblo y ajustando “sin que se note”
Por eso, como ya sabemos o intuimos por la experiencia, el programa “precios justos”, lejos de ser una medida en beneficio de la clase que todo produce y el pueblo laborioso, es una mayor ofrenda a la voracidad de los capitales monopolistas, ofrenda que pretenden hacer sobre la sangre del pueblo.
[1] https://www.cronista.com/finanzas-mercados/dolar-el-mercado-espera-mas-devaluacion-y-anticipa-decisiones-cambiarias-inminentes/
[2] https://www.cronista.com/columnistas/devaluacion-costos-inmediatos-y-beneficios-mediatos/
[3] https://prtarg.com.ar/2022/12/07/precios-justos-o-mas-negocios-para-los-monopolios/ y también https://prtarg.com.ar/2022/09/28/reflexiones-para-explicar-el-capitalismo-financiero/