El pasado lunes 5 de diciembre la burocracia de la UOM nacional cerró las paritarias para Rama 17 en 110 %. Un porcentaje por demás de mentiroso ya que:
# Se termina de pagar en marzo 2023
# El pago de este porcentaje es en 9 cuotas
# Este porcentaje toma como base el sueldo de marzo 2022, por lo que no es acumulativo; o sea que no solo perdemos los metalúrgicos por porcentajes, sino también por la aplicación: la inflación sí es acumulativa.
Pero como las multinacionales nunca están satisfechas al momento de achatarnos el salario, las empresas encuadradas en Rama 21 (para ser más claros: las siderúrgicas Acindar, Siderar, Siderca), no firmaron el acuerdo y pasaron a un cuarto intermedio para hoy 12 de diciembre.
A raíz de esto el miércoles 7/12 se realizó en Villa Constitución un congreso de delegados siderúrgicos donde se resolvió realizar una asamblea con parada de equipos el día de hoy en la empresa Acindar y, de no haber un acuerdo, un paro de 24 hs. el día de mañana.
Claro que esta decisión tomada por el congreso de delegados tiene su historia y bases.
Ya la semana anterior a la reunión pasada, en otro congreso, se había establecido realizar una medida de fuerza, producto de la presión y tensión constante que se vive en las diferentes sectores y plantas.
La constante pérdida del poder adquisitivo, que deja el salario del otrora envidiable sueldo metalúrgico por debajo de la línea de la pobreza en el caso del salario básico de la UOM, y por debajo de la canasta familiar en el caso de los siderúrgicos de la zona, hace que los cuestionamientos y diferentes acciones que se dan en la planta, (tanto en los comedores como en sectores de obreros autoconvocados) empujen a una directiva que se jacta desde un principio de ser parte de “la renovación” de la UOM nacional.
Un ejemplo es la negativa de los operarios de Acindar que están en 4 turnos a trabajar el día 9/12 (feriado puente), aunque la empresa les había ofrecido pagarles las horas al 400% y darle un día compensatorio. Pero la mayoría de los sectores decidieron no trabajar. Claro que previo a eso, la directiva local pidió la posibilidad de “negociar algo más” para que acepten trabajar. Dejando en claro quienes están más preocupados por la producción.
Con decisión y firmeza, pasando por arriba a las direcciones que se ven forzadas a actuar, los trabajadores de Acindar, (propios y de empresas contratistas), sin distinción de camisas, van al paro por sus reivindicaciones: un sueldo digno.