Más ganancias de la burguesía, más crisis política y el panorama que se nos abre

Las noticias sobre los enormes beneficios de los sectores más poderosos de la burguesía en Argentina, obligan a esta tercera nota[1] sobre los ganancias que amasa la burguesía monopolista a caballo de las medidas llevadas a cabo por el gobierno autodenominado Nacional y Popular, a costa del hambre y la miseria de los trabajadores y el pueblo.

Esta vez el diario Ámbito Financiero publica que “las ganancias reales de Black Rock superaron largamente la media local, y alcanzaron el 30% en dólares”[2]. Además, agrega que los directivos del grupo están satisfechos con las medidas que está tomando el actual gobierno y que ahora confían en el mediano plazo, incluso si hay cambio de gobierno ya que se han posicionado en la tenencia de activos que no son bonos (en pesos o en dólares), sólo les quedan los de la reestructuración de la deuda llevada adelante por el ex ministro Guzmán, decisión que en su momento había enojado a este grupo. Ahora más relajado, a partir de la gestión de Massa al frente del ministerio de economía, según dicen.

El artículo hace una apología de los métodos que utiliza Black Rock para obtener esas ganancias afirmando que se debe a inteligentes inversiones y decisiones acertadas. Al respecto, el recordado y talentoso humorista Quino, puso en boca de su personaje Mafalda la siguiente frase: “Nadie amasa una fortuna sin hacer harina a los demás”. Sabia sentencia que desmiente lo de la habilidad para los negocios que nos quiere hacer creer la burguesía.

Dicho fondo maneja capitales por más de US$10.000.000.000.000 (Diez billones de dólares), y basta saber que algunas, de la enorme cantidad de empresas monopolistas que agrupa y que actúan en Argentina, son: YPF, Coca-Cola, Bayer, Apple, Microsoft, Telefónica, Procter & Gamble; además de ser propietario de acciones de otras tales como Mercado Libre, Tenaris, Grupo Galicia, Banco Macro, Telecom, Pampa Energía, TGN, Arcos Dorados y Adecoagro.

Mientras, gobierno, oposición y todos los medios masivos insisten en que, “si a los capitales les va bien, nos va a ir bien a todos”.

Pues hace tiempo que les va bien y, ahora, mejor, mientras que a nosotros nos aumentan los transportes (colectivos, trenes, taxis), se nos vienen nuevos incrementos en las naftas, las tarifas de luz, gas, agua y tasas municipales, etc. El aumento a las prepagas o el copago de prácticas médicas y estudios si se llena el formulario de disminución de dicho aumento… Ni hablar de los productos básicos, a pesar de la mentira de los precios cuidados, etc.

Dada esta situación insoportable, en este año que comienza, es de prever un aumento importante de la resistencia que venimos llevando adelante la clase obrera y trabajadores en general. Porque, si bien en lo económico obtienen estos grandes beneficios mientras nos hunden en la miseria, la propia voracidad burguesa por los negocios y el empuje del proletariado y sectores oprimidos del pueblo, contribuyen a la crisis política que tienen la cual se profundiza y extiende cada vez más.

Esa crisis política se expresa claramente en la pérdida de confianza a las promesas gubernamentales y empresariales, el desprecio a las instituciones (incluidos los sindicatos cooptados por el Estado al que muchos trabajadores ven como lo que en verdad son: policías de la patronal) por parte del pueblo y la creciente búsqueda de una salida a este oprobio la cual, comienza a intuirse y, en algunos casos, a comprenderse que depende de las fuerzas de la propia clase obrera en unión con el pueblo oprimido.

La presión ejercida por el estado deliberativo, la movilización y las acciones de lucha de todo tipo para lograr las conquistas que tenemos que arrancar a estos hipócritas que incrementan sus capitales llorando crisis que nos trasladan como si fuera un pasamano aceitado, debemos incrementarla y acompañarla de unidad y organización desde las bases mismas de cada fábrica y empresa.

No hay lugar ni tiempo para más mentiras burguesas, vengan éstas del gobierno o de la oposición. Se generen en los pasillos de los gremios al servicio de las empresas o en los despachos de éstas.

La punta del zapato de la clase obrera y trabajadores ha asomado en el 2022. Ahora hay que pegar con la fuerza de todo el pie en donde más les duele. Esto es conquistando nuestras reivindicaciones económicas y políticas, porque aquí hay una lucha de clase contra clase y hay que organizarla a nivel local y nacional, desarrollando al partido revolucionario del proletariado, generando e impulsando agrupaciones políticas de obreros para adueñarse de la situación en cada fábrica y empresa contrarrestando y venciendo a los sindicatos pro patronales, ejerciendo la democracia directa, gestando unidades de vecinos en los barrios o de estudiantes, docentes y auxiliares en cada institución educativa, etc.

Cada reivindicación tiene que elevarse a lo político. Es decir que una lucha, por más pequeña que sea, la tenemos que medir en el marco de la confrontación entre la burguesía y el proletariado, y no solamente en relación a la patronal de determinada empresa o rama de la producción. En cada acontecimiento que protagonicemos, advertir que el mismo es parte del conjunto de la clase obrera y los trabajadores de todo el país.

Cómo influye esa lucha en la acumulación de fuerzas del proletariado, cómo se suman a la contienda nuevos compañeros y compañeras, cómo avanza la conciencia colectiva de reconocerse como clase, qué pasos se dan en la unidad de todos los proletarios sin diferencias de ramas de producción, sin distinción entre trabajadores de planta y contratados o tercerizados, etc.

Ver cada lucha como parte de una lucha más grande, una lucha de clase que tiene como objetivo la conquista de una vida digna y la emancipación del dominio por parte de la burguesía.

[1] Ver notas de fechas 29-12-2022 y 03-01-2023 publicadas en esta misma página

[2] https://www.ambito.com/blackrock-como-inversor-la-economia-real-tuvo-un-muy-buen-2022-la-argentina-n5623052

 

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