Por estos días venimos hablando en estas páginas de la crisis capitalista y del ajuste que implica para el pueblo trabajador, con un Estado que funciona directamente al servicio de las ganancias capitalistas, gobierne quien gobierne.[1]
Y este marco general se expresa en lo concreto de manera brutal, como en el caso de Neuquén, por ejemplo.
En los medios de adoctrinamiento social (mal llamados medios de comunicación) se habla de lo que los capitales petroleros esperan de las próximas elecciones. Es claro que son ellos los únicos que esperan algo de ese circo, si lo que “elegimos” son sus CEOs, sus gestores de negocios, que sólo determinan qué capitales saldrán favorecidos del ajuste al pueblo.
Y en ese sentido son bien claros: su “desafío” es “administrar el crecimiento”. Teniendo en cuenta, dicen, que se proyecta duplicar la producción de petróleo y gas para el 2027[2], lo cual requiere infraestructura: “será clave cómo las nuevas autoridades manejan los recursos que deja el sector para saldar las demandas de infraestructura que tiene la provincia. Saben que lo que está en juego es la licencia social.” (Diario EnergíaOn)
Más adelante, también agregan que “…quien gobierne deberá garantizar la infraestructura y los acuerdos necesarios que conformen un escenario auspicioso para sostener el crecimiento del sector. El antecedente –o fantasma- son los bloqueos que dejaron a Vaca Muerta paralizada por 20 días en abril de 2021.”
Pero por las dudas, la gestión que se está yendo, hace bien los deberes. Por ejemplo en el Estado. Contando en sus derrotas con el corte a las petroleras llevado adelante por salud en unidad con otros sectores estatales, obreros y oprimidos en abril de 2021, dijo “divide y reinarás”, y así dividió la planta estatal.
Entonces tomó los sectores que le interesan, los que manejan la guita del pueblo convertida en impuestos, guita que se administra a favor de los negocios y, por lo tanto, allí no quieren problemas (Hacienda, Tribunal de cuentas, Fiscalía, Tesorería, etc.), y los quitó del convenio de ATE y los puso en el de SEJUN (judiciales) que tienen mejores condiciones.
Mientras tanto, sectores como educación, salud, desarrollo social vienen sufriendo un ajuste brutal. En desarrollo social, trabajadores y trabajadoras tienen “contratos a plazo” echando por tierra la estabilidad laboral, no tienen edificios en condiciones y ni siquiera calefacción cuando ya han comenzado los fríos patagónicos. Los dispositivos de este sector, vienen reclamando desde hace meses por la falta de presupuesto y recursos para su trabajo, que precisamente se trata de la atención a los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad. La frutilla del postre: les imponen un acuerdo mísero (ni siquiera salarial, sólo sobre condiciones de trabajo) con la amenaza de que si no aceptan les descuentan $15.000 por día de paro. Siempre tan democráticos ellos. Y según parece ATE no tenía nada que ver con el tema, porque por allí no apareció ni hubo rastro.
Y ahí nomás, también atendiendo a sus dueños, el gobierno de Neuquén sale a decir que “Para seguir el ritmo de los aumentos salariales, Neuquén tomó deuda por $14.000 millones”, algo que vienen diciendo año tras año, intentando legitimar políticamente con ese discurso (y con el cuento de los ñoquis) el ajuste que vienen haciendo sobre los trabajadores estatales y el endeudamiento a favor de los capitales.
Porque no hay que engañarse, el endeudamiento es una forma de transferir recursos a los capitales monopolistas, es decir, a los que de verdad mandan. Esos bonos de deuda se canjean en el mercado por mucho menos de su valor y se pagan luego, al mismo capital monopolista, por el valor real y con intereses, es decir, endeudando al pueblo para salvar al capital.
Es que es muy claro el mensaje que las petroleras dan a sus subordinados: necesitamos infraestructura para poder producir más y obtener más ganancias, así que fijate cómo ajustás el presupuesto para que la plata que ponemos (los impuestos que, según ellos, ponen cuando en realidad todo impuesto lo paga el pueblo porque se traslada a los precios) vuelva en las obras que necesitamos; y todo esto con “los acuerdos necesarios”, es decir, con un pueblo callado aceptando el hambre
Y en acuerdo con esa línea van la emisión de deuda –no para pagar salarios, mentiroso Gutiérrez-, el intento de división de la lucha de los trabajadores estatales, el vaciamiento de toda función social del estado (sea educación, salud, desarrollo, vivienda, etc.)
Porque el sistema está en crisis y pretenden que paguemos nosotros, quienes laburamos. Mientras culpan al pueblo trabajador les eximen impuestos a las petroleras[3], prorrogando indefinidamente, por ejemplo, la suba del impuesto a los combustibles líquidos; les hacen sus obras de infraestructura; o las subsidian directamente.[4]
Mientras tanto los trabajadores y trabajadoras del sector sufren asesinatos laborales por baja de la dotación de los pozos, por falta de mantenimiento y por recortes en las condiciones de trabajo en general, salarios incluidos –con el doloroso antecedente de la explosión de la refinería hace pocos meses-. Que, total, para eso tienen un grupo de matones llamado sindicato; que, no por nada, hace unos días un “delegado” golpeó a un trabajador en una base, sólo para mencionar un hecho.
El temor de las petroleras, el gobierno y los sindicatos, es que la lucha les clave un nuevo corte de rutas como el del 2021, impulsado por los Elefantes de Salud; con la clase obrera y trabajadores de todos los sectores luchando en los lugares que al capital realmente le duele: la producción.
Por eso mismo, para la organización debemos impulsar asambleas desde cada sector de trabajo, tomando medidas sin consultar a ningún sindicato traidor; utilizando la metodología de la democracia directa desde las bases, en un camino que nos permita avanzar en la conquista de nuestros reclamos y más libertad política, es éste el único camino viable para el pueblo trabajador, ya que la institucionalidad se encuentra corrupta y busca perpetuar la explotación y la miseria.
[1] LA CRISIS DEL CAPITALISMO (Explicación) | Hablemos Claro
[2] Concretamente sostienen que para este año esperan alcanzar 400 mil barriles diarios de crudo y 100 millones de metros cúbicos de gas. La proyección para 2027/2028 es alcanzar un millón de barriles día de petróleo y 160 millones de m3 diarios de gas, con el 25% de la superficie neuquina de Vaca Muerta.
[3] https://prtarg.com.ar/2022/12/07/precios-justos-o-mas-negocios-para-los-monopolios/
[4] El subsidio directo a las petroleras en 2.020 alcanzó el 9% del PBI