Robustecer al Partido y las organizaciones políticas de masas para salir de esta crisis

Por estos días estamos asistiendo a un fenómeno que está dándose a favor de una incipiente, pero persistente, acumulación alrededor de nuestra propuesta revolucionaria.

La misma se presenta con distintas facetas: por un lado, nuevos compañeros y compañeras que se acercan a nuestro Partido y, por otro, desde la iniciativa del Partido, compañeros y compañeras de la clase obrera en lucha que establecen marcos de unidad con otros obreros en lucha.

Esto nos plantea un nuevo escenario frente a la crisis política, que no ve límites de caída, en la clase burguesa y sus expresiones políticas y estatales.

Estamos convencidos que tanto la propaganda revolucionaria, nuestro trabajo en el seno de la clase obrera y sectores populares más las faltas de perspectivas de cada vez más sectores en el proceso político histórico de este sistema capitalista putrefacto, en todas sus variantes burguesas, ya sean expresiones de izquierda electoralistas y oportunistas o reformistas, el populismo con sus distintas facetas y, sobre todo, las variantes burguesas más francas, contribuyen para la aparición de este fenómeno.

Esto viene acompañado, y no es casualidad sino necesidad, de un constante crecimiento en la conflictividad de clase en donde, casi a diario, se producen luchas de todo tipo por reivindicaciones económicas, sociales y políticas que tienen nacimiento en las bases disconformes con la caída de sus ingresos, el aumento de los precios y la vida que están llevando y que, con o sin la participación oportunista de los sindicatos pro patronales, emergen en el escenario aportando a la profundización de la crisis del sistema y a la búsqueda de una salida a esta crisis.

Por parte de nuestro Partido, esto eleva enormemente la responsabilidad de precisar en cada fábrica, zona o región los ejes de acción política y las respuestas a cada demanda para ir encausando hacia el objetivo revolucionario la energía desplegada por el protagonismo de las masas del lugar. Impulsando a la vez las distintas formas de organización de las nuevas voluntades y las propuestas de puestos de lucha ocasionales y permanentes para aquellos más decididos.

En ese proceso ir transmitiendo el programa de lucha de nuestro Partido y fundirlo con esa masa inquieta que en forma intuitiva o con convicción de cambio está dispuesta a luchar e ir por sus conquistas. Orientar hacia el objetivo de la toma del poder por parte del proletariado en unidad con el pueblo oprimido y aportar la ciencia revolucionaria, el marxismo leninismo, que nos proporciona los elementos imprescindibles para la transformación de esta realidad oprobiosa en un camino revolucionario hacia el socialismo.

La revolución no es otra cosa que el protagonismo de la clase obrera y el pueblo en la discusión, la toma de decisiones y la ejecución de las tareas que conducen hacia ese fin expuesto. Por eso son necesarios el Partido revolucionario de la clase obrera y las organizaciones políticas de masas.

Es necesario que cada vez más compañeros y compañeras obreras se sumen y se organicen con el horizonte del proyecto revolucionario. Recordemos los dichos del Che: “Pero para esta tarea de organización, como para todas las tareas revolucionarias, se necesita, fundamentalmente, el individuo. La revolución no es, como pretenden algunos, una estandarizadora de la voluntad colectiva, de la iniciativa colectiva, sino todo lo contrario, es una liberadora de la capacidad individual del hombre.”[1]


[1] Ernesto Che Guevara: Discurso en la inauguración del curso de adoctrinamiento del ministerio de salud pública. 19 de agosto de 1960

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