La realidad derrumba el relato

Las iluminadas estrategias electorales, los grandilocuentes análisis sobre la economía, las teorías sobre proscripciones y todo lo que se pueda elaborar como un discurso que pretende argumentar el “yo no fui” de una vicepresidenta que puso a dedo al actual presidente, pueden durar lo que una noche dura hasta que llega el día.

Lamentablemente para ella, el discurso floreado y sentencioso que ofreció Cristina Fernández de Kirchner en la noche del jueves choca, nuevamente, contra la acuciante realidad que sufren millones de hogares proletarios producto de las políticas de su gobierno.

El informe de abril de la Oficina de Presupuesto del Congreso (https://www.opc.gob.ar/ejecucion-presupuestaria/analisis-de-la-ejecucion-presupuestaria-de-la-administracion-nacional-abril-2023/) respecto de la ejecución del presupuesto muestra números demoledores.

Desde que Sergio Massa llegó al ministerio de Economía, la reducción del gasto ha sido una constante. El citado informe lo ratifica.

En la comparación año contra año entre 2022 y 2023, en el primer cuatrimestre del año en curso el déficit primario (la diferencia entre los gastos y los ingresos del Estado por la recaudación de impuestos) cayó el 9,3% en términos reales. Esto significa que, a pesar de la inflación, el Estado disminuyó el gasto corriente casi 10 puntos sólo en cuatro meses. Una proeza del gobierno peronista, mucho más teniendo en cuenta que no es un gobierno de “derecha”.

Los números cantan. Las bajas más significativas del gasto se produjeron en los siguientes rubros.

– Asignaciones familiares: 29,9% (AUH -12%, trabajadores activos y pasivos, -40,8).

– Subsidios a la energía: 29,5%.

– Jubilaciones y pensiones: -2,5% (aquí se reduce el porcentaje debido a los bonos pagados en los meses de enero a abril a las jubilaciones más bajas; los haberes jubilatorios que no recibieron bonos cayeron 27,5 en el mismo período. Es decir que los bonos otorgados vienen siendo financiados con una baja del resto de las jubilaciones).

– Políticas alimentarias: -7,3%.

– Atención médica a beneficiarios de pensiones no contributivas: -3,0%.

– Transferencias a las provincias: -27,9% (-5,2% transferidos a las cajas de previsión provinciales; -7,2 transferencias para hospitales).

Los intereses pagados por los préstamos tomados en el exterior crecieron el 9,1%, producto de la suba de las tasas de interés internacionales.

Como se puede apreciar el gobierno nacional continúa aplicando recorte tras recorte sin ningún tipo de remordimiento ni angustia. Es la política de la burguesía monopolista en el poder ejecutada por una fuerza política que, todavía afirma, vela por los intereses y necesidades del pueblo trabajador.

La conducta política de la burguesía hacia el futuro es prometer más de lo mismo. Ni una palabra dijo la Señora vicepresidenta de cómo revertir esta situación porque la misma es la ejecución a rajatabla del único programa que las fuerzas políticas burguesas tienen para ofrecer. Seguir atacando las condiciones de vida de la población para atenuar la profunda crisis estructural que atraviesa el sistema capitalista en el planeta.

En ese marco la Argentina se presenta como un ejemplo de gobernabilidad, cuestión que preocupa a la burguesía, precisamente, porque sabe que estas políticas deberán profundizarse.

Allí entonces el peronismo se muestra como la fuerza política capaz de seguir llevando adelante tal cometido. En definitiva hacia allí se dirigen los discursos políticos, en ofrecerse como el mejor gestor para navegar el barco de la crisis mientras las familias trabajadoras sufren las consecuencias.

Las diferencias entre más o menos gradualismo tienen relación con el problema de cómo gobernar cuando lo que se necesita es seguir atacando las condiciones de vida.

Debemos asumir que las posibilidades de la burguesía para llevar adelante su programa bajo estas condiciones tienen directa relación con las posibilidades de la clase obrera y demás sectores explotados y oprimidos de presentar la confrontación en el terreno político de la lucha de clases. Como siempre afirmamos, la debilidad de nuestro campo es la fortaleza del campo burgués.

Entonces se trata de continuar la brega por dotar a la clase de vanguardia de una propuesta política que confronte abiertamente con la clase enemiga. Para ello debemos profundizar la inserción y el arraigo de las ideas y la organización revolucionarias en el seno del proletariado, principalmente la clase obrera.

Nada puede desviar de ese camino a los y las revolucionarias si lo que se persigue es construir una sólida y robusta propuesta de cambio real que apunte a la lucha por el poder en un proceso en el que la clase de vanguardia tome en sus manos tal cometido.

Cualquier otro camino que intente el atajo o peca de infantilismo o, directamente, aporta para que la burguesía no deba preocuparse por su dominación de clase.

 

 

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