Encender la T.V. para ver un programa de los denominados políticos, con la intención de hurgar en el pensamiento de la burguesía, es un calvario que hasta el más sacrificado va a sufrir transitarlo. La mediocridad y lejanía de los problemas de la sociedad que estos despreciables personajes muestran son directamente proporcionales a las mentes pequeñas y razonamientos estúpidos que poseen (tanto los políticos, economistas y analistas invitados como los periodistas y panelistas conductores que les hacen de coro a la burguesía).
Sin embargo, luego de hacer de tripas corazón, se pueden sacar algunas conclusiones que, de alguna manera, reflejan las preocupaciones (claro que sin propuestas de solución) de ciertos sectores que ven deshilachar su gobernabilidad (aunque todavía la sostienen), las cuales mencionaremos para afirmar, una vez más, la incapacidad de la burguesía y su gobierno de turno para salir de la crisis que vivimos.
El programa al que nos referimos había sido protagonizado por algunos economistas (Cachanosky, Espert, López Murphy, Martín Tetas y el siempre mediático Julio Bárbaro).
El tema era abordado con fórmulas económicas que barajaban los “entendidos” en la materia tales como la disminución del déficit fiscal, el incremento de las exportaciones, la reducción de los costos de producción y flexibilización laboral (salarios y súper explotación), eliminación de la inflación y de impuestos a los capitales y a la producción, eliminación de subsidios para desocupados y pobres, etc.
Cuando intervino Julio Bárbaro dijo: el problema es político y se soluciona a través de esa vía.
A cualquier lector desprevenido le parecería que dicha afirmación es coincidente con la nuestra que venimos reiterando desde siempre.
Claro que cuando hablamos de lector desprevenido nos referimos a aquellos que no ven la lucha de clases entre los intereses irreconciliables del proletariado y la clase burguesa explotadora, a quienes diferenciamos de aquellos que se niegan a verla, ocultándola, con toda intencionalidad. A los primeros les aclaramos que una cosa es la frase emitida desde la lengua de un burgués como el mencionado peronista reaccionario y otra cosa es la afirmación hecha desde los intereses del proletariado.
La pregunta es: ¿puede la burguesía resolver semejante crisis (económica, política y social) por la vía política?
La burguesía no tiene la capacidad de resolver políticamente los desaguisados económicos y sociales. Sea que quienes gobiernen fueren personajes del peronismo como Alberto Fernández y Cristina Kirchner, o cualquiera de los “candidatos” que en este año electoral pululan y abundan en los medios masivos de desinformación. Pues las contradicciones insalvables entre el sostenimiento de las ganancias monopolistas, las cuales se defienden desde sus gobiernos, no conciliarán nunca con los ingresos de los productores de toda la riqueza social (el proletariado).
Y esta contradicción, que es la base de sustentación del capitalismo en el mundo y en nuestro país, es irreversible si se sostiene el sistema. Es más, se seguirá profundizando debido a que las leyes que rigen el funcionamiento del mercado en el cual se intercambian individualmente productos que se generan socialmente, es la expresión más flagrante de la desigualdad social imposible de revertirse en los marcos del capitalismo. Esta contradicción está dada en la propiedad privada del trabajo social acumulado materializado en medios de producción que sólo funcionan mediante el trabajo social. Lo cual implica salario (que siempre es decreciente) para los productores (obreros y proletarios en general) y ganancias (que siempre es creciente) para los zánganos dueños de las empresas (sobre todo de los monopolios) y políticos devenidos burgueses o viceversa.
Esta imposibilidad de resolución se acrecienta con el tiempo y esto vale para cualquier expresión política burguesa, ya sea que se presente con careta liberal planteando un sinceramiento de la situación diciendo que van a hacer un ajuste a rajatabla contra los ingresos populares prometiendo que a futuro la copa de la riqueza se derramará (o sea que va a haber migajas para las mayorías laboriosas); ya sea que se presente como populista sosteniendo un discurso nacional y popular (peronista o seudo socialista) mientras toman medidas de incremento de las ganancias y concentración burguesas, deteriorando en silencio los ingresos populares; ya sea que se presente con un discurso de “izquierda” que nos conduce al parlamentarismo para ir ganando supuestos espacios de poder desde donde se irán tomando las medidas que modificarán la realidad agobiante de trabajadores explotados y pueblo oprimido, sin destruir el sistema de explotación y opresión… ¡Falso de toda falsedad!
La única posibilidad de salida política es romper con la lógica de la propiedad privada del trabajo social acumulado y transformarla en propiedad social colectiva tal como es colectiva la producción de todo tipo de bienes y servicios. Y eso está en manos de quienes todo lo producimos.
Es decir que, en el proletariado y, fundamentalmente, en la clase obrera está la llave para la solución de la crisis interminable en la que estamos sumidos. El camino es de índole política y ello implica el enfrentamiento organizado contra la clase opresora. Levantar las banderas del incremento en los ingresos de los trabajadores y el mejoramiento de las condiciones de vida, organizarse desde las bases para ir avanzando en esos objetivos al tiempo que se preparan las fuerzas locales y nacionales para romper con este sistema que ya no tiene arreglo es el camino que tenemos que profundizar y el que vienen transitando, de lo pequeño a la grande, cada vez más obreros y trabajadores en las fábricas, establecimientos educativos y barrios en los que se exigen una vida digna.
Entre los ejemplos más recientes tenemos a trabajadores metalúrgicos, autopartistas, vitivinícolas, portuarios, petroquímicos, petroleros, colectiveros, de subterráneos, trabajadores de salud, maestros, etc. La característica positiva que muestran esas luchas es que, en forma creciente van superando las barreras que pretenden imponer los sindicatos dirigidos por traidores a su clase y ganados por el poder burgués. A todo esto, debemos sumar el clamor de barriadas de sectores populares por salud, vivienda, educación, seguridad, etc.
Esas luchas que hoy se muestran diversas por distintas reivindicaciones de tipo económica y social ya llevan el germen de lo político al cual hay que alimentar y hacerlo crecer hasta despuntar con fuerza en la contienda con un carácter claramente proletario, desde lo local a lo nacional (aunque esto último no es una fórmula). De eso se trata cuando desde el PRT hablamos de lucha política.
Saltar de las luchas reivindicativas en lo economico y social a la lucha politica por el poder, en definitiva profundizar la lucha de clases, Excelente nota!