Esta semana en la provincia de Jujuy se están dando una serie de paros y movilizaciones de la comunidad educativa en reclamo por mejoras salariales y en rechazo de la reforma constitucional impulsada por el gobierno de Gerardo Morales que busca legalizar la persecución a la protesta social.
La multitudinaria marcha del martes pasado puso los reclamos en primer plano, mostrando además que lo ocurrido recientemente en la vecina Salta no pasa inadvertido en el norte de nuestro país y en el resto de trabajadoras y trabajadores que seguimos viendo como las políticas del gobierno burgués continúan dinamitando nuestros salarios.
Así mismo, tampoco sus intenciones de escalar con políticas represivas, buscando “legalizarlas”. Represión con “la ley en la mano”, como ya lo hemos denunciado en el caso de la provincia de Salta.
Pasaron varios años desde que las y los docentes jujeños habían tomado las calles por última vez tanto en la capital provincial como en varias localidades del interior, con una medida decidida en asambleas, en donde también se sumó al paro personal de maestranza y administrativo.
Esta vez, la paciencia estaba colmada y se supo que el lunes de esta semana varios docentes desde las bases tomaron el Sindicato ADEP/CTERA exigiendo un paro… A partir de allí el Sindicato lo larga por tiempo indeterminado, medida que continúa al menos hasta mañana viernes.
Sin otra mejor idea, la primera reacción del gobierno es repartir como caramelos actas contravencionales a los trabajadores en asamblea. «Será sancionado con hasta treinta y cinco días (35) de trabajo comunitario, multa de hasta doscientas unidades multas (200 um) o arresto de hasta quince (15) días, quienes permanezcan en espacios públicos alterando el orden obstaculizando la libre circulación vehicular y/o peatonal, causando temor en la población o limitando ilegítimamente y de cualquier modo el libre ejercicio de los derechos de los ciudadanos».
Mientras tanto, las calles eran el escenario de las protestas, desafiando el amedrentamiento y las acciones persecutorias en contra de una comunidad que reclama por sus derechos conquistados.
Los niveles salariales en la provincia son una verdadera vergüenza (ubicándose entre las que menos pagan a los maestros, junto a Santiago del Estero y Formosa, según el último Informe Indicativo de Salario Docente que prepara el Ministerio de Educación de la Nación).
Sobre esto no dice una palabra el gobernador Gerardo Morales es sus raides electorales cuando sale a propagandizar una reforma constitucional “para terminar con los piquetes”.
La respuesta de la docencia es clara: “Basta de sueldos inmorales», “No nos van a callar a los docentes, queremos un sueldo igual a la canasta básica familiar”, “Los docentes decimos no a la reforma”, puede leerse en las pancartas de la movilización.
En este marco, la Convención Constituyente transita su tercera semana para reformar parcialmente la Constitución de Jujuy. Uno de los puntos del reclamo es por lo que denominan “reglamentación del derecho a la manifestación y la protesta” que no es otra cosa que incorporar la prohibición de realizar cortes de rutas y calles bajo el pomposo título de «Derecho a la Paz Social y la Convivencia Democrática Pacífica».
Todo esto ocurre mientras afuera de la Legislatura las calles están cortadas con la protección de la policía, dejando bien en claro a qué le temen los políticos burgueses.
Respecto al problema salarial y en medio de un clima de alta tensión, con muchos docentes manifestándose en las puertas del complejo ministerial en medio del paro, al gobierno no le quedó otra abrir las puertas de una negociación que comenzaba en la tarde de ayer.
Nueva paritaria entre el Gobierno provincial y representantes de todos los gremios docentes de Jujuy. Anoche, el gobierno ofrecía un piso salarial de 175 mil pesos. Se sumarían los conceptos bonificables y no bonificables sobre el básico, con aumento del 10% sobre el mismo y llevando a 7 mil pesos el valor del título.
Finalizada la reunión desde la parte gremial se informaba que la respuesta se decidirá en asamblea mientras continúa la medida.