Nuestra posición frente al resultado electoral

Luego de un interminable proceso electoral, en el día de ayer – finalmente- se conoció qué representante de la burguesía estará al frente del próximo Poder Ejecutivo en la Argentina.

Los resultados muestran que una mayoría de la población –por un lado- “votó con el bolsillo” como se dice vulgarmente, y por el otro, votó en contra de las mentiras de la política y de un gobierno que ha empobrecido a millones de personas. Frente a dos “opciones” pésimas primó la voluntad de “votar en contra de”.

Por otro lado (y más allá de que no signifique una alternativa “consciente”) hay que mencionar que el abstencionismo se mantuvo cerca del 27%, frente al 32% real de Massa y al 41% de Milei, si se toma todo el padrón en condiciones de votar.

Lo que sí se ha expresado en las urnas es un gran hartazgo, producto de las tremendas condiciones de vida que se vienen padeciendo. Una forma de decir “así no va más”. Una forma de decir “queremos soluciones ya”. La decisión de dar un golpe a esa realidad en un momento puntual que son las elecciones, un golpe con lo que se tenía a mano. Y decimos esto sabiendo que no es esa la forma de golpear más efectiva que concebimos los revolucionarios.

Lo primero que marcamos es que sería un error pensar que este ha sido un voto “ideológico”, que el pueblo “ha girado a la derecha” o que “avanzan fértiles las ideas del fascismo” entre las masas. Esto no es así y las y los revolucionarios deberemos tener la mente fría, ser pacientes y estar serenos en los tiempos que vienen frente a “los cantos de sirena” que pretenderán aislarnos y corrernos del verdadero eje de la confrontación, que estará marcado por la lucha de clase contra clase. Ha habido un “voto político” en contra de una situación de explotación, hambre y miseria, y en contra de las recurrentes mentiras y promesas de quienes nos han llevado a esta situación.

Por eso planteamos que los resultados no significan de ninguna manera un “cheque en blanco” para Milei y su futuro gobierno, ni que vaya a tener las manos libres para hacer lo que quiera. Al contrario: es un aviso sobre la situación que la burguesía va a tener que enfrentar a la hora de profundizar el ajuste, condición excluyente para el devenir de la economía argentina, ganase quien ganase estas elecciones. ¿Cómo es que harían para ir en contra de las aspiraciones –incluso- de sus propios votantes? ¿Es sencillo resolver esto en nuestro país? ¿Alcanza con las promesas y los discursos?

Claramente no. Y a esto hay que agregarle que ya hoy venimos teniendo una serie de conflictos que se plantan frente a los atropellos de la clase en el poder, tanto en la gran industria como en los servicios de salud y educación, por ejemplo.

El problema para gobernar lo tendrá la burguesía.  Clase que no sólo no resolvió su crisis política con estas elecciones, sino que terminó quedando atrapada en las redes de su nuevo engaño, lo que indudablemente agudizará sus problemas precedentes. Un Parlamento totalmente fraccionado, la necesidad de alinear gobernadores o intendentes que pasarán sus facturas -obviamente- a la hora de ofrecer su alineamiento, y un sinnúmero de contradicciones que lejos de desaparecer se profundizarán.

Pero, por otro lado, si bien es cierto que la democracia burguesa está en crisis y su decadencia es cada vez más profunda, se sigue ofreciendo como un camino de resolución de los problemas a los ojos del pueblo.

Por eso tampoco debemos subestimar esta situación. Hay que saber que habrá facciones de la burguesía monopolista que -aprovechando ciertos discursos- se han envalentonado e intentarán “ir por todo”, avanzando desde lo político y económico en contra de nuestra clase. No esperemos demasiada “racionalidad” en algunas decisiones. Los desbocados intentarán hacerse de todo lo que se les permita.

Además, la burguesía como clase siempre es burguesía, por lo que las patronales van a ir por más productividad, por ordenar su productividad, como lo vienen intentando en todo el planeta. Y allí el intento de disciplinamiento de la clase obrera pasa a ser un objetivo primordial para ellos.

Es muy probable que a corto plazo y con “la excusa” del resultado electoral, nuestra economía, la de todos los días en nuestras casas, reciba un nuevo mazazo.

La situación es agobiante. Por eso entre las y los compañeros de trabajo, mañana, ya no importa a quién se votó o como cada uno decidió golpear. No nos olvidemos que otro de sus objetivos es desclasarnos.

No debemos perder de vista que la única salida posible a esta situación sólo tendrá un viso de realidad si nos paramos desde los intereses de nuestra clase. Aferrándonos a la lucha en nuestro terreno, en cada uno de nuestros lugares de trabajo, partiendo desde el poder local, única garantía de no terminar quedando como “furgón de cola” de cualquiera de las variantes burguesas.

Profundizar la organización desde las bases es el primer paso para que la clase obrera irrumpa en la escena política de nuestro país con un proyecto propio y desde su independencia de clase. Desde allí surgirán las respuestas políticas que se constituyan en un verdadero freno a cualquier intento por recortar nuestras libertades políticas o nuestras conquistas.

Y si hay de algo que debemos cuidarnos es del sectarismo. Entendiendo que la desazón que transitan determinados sectores del pueblo frente a este resultado sólo podrá ser superada si ponemos en primer plano un camino de resistencia desde la acción. Una propuesta amplia de unidad desde las bases y desde los verdaderos intereses de nuestra clase.

Tenemos que llevar a los núcleos obreros que están empezando a codearse hoy con las ideas revolucionarias todo este debate en profundidad, poniendo también en la mesa no sólo la coyuntura sino los objetivos estratégicos.

Llamamos a todos los destacamentos revolucionarios de nuestro país que se cuentan por cientos, a mantenerse bien pegados a las necesidades de las masas y a sus aspiraciones, evitando caer en la trampa de cualquiera de las disputas que por arriba nos presenten las diferentes facciones burguesas.

Por estas horas muchos de nuestros compañeros y compañeras reciben mensajes de allegados y amigos preguntándonos “¿Y ahora qué hacemos?”. Por eso cerramos esta nota con parte de una reflexión que nos enviara hoy un obrero tabacalero: “No se debe subestimar al pueblo… En la búsqueda por alguna salida se topó con sus verdugos de turno, de cualquier índole y color: la burguesía… No es un salto al vacío, en todo caso es un pueblo acorralado por las distintas problemáticas que lo llevaron a una realidad empobrecedora… Lo que sí dejó el día después de las elecciones como lección para la burguesía es qué sabe que el pueblo no teme. Y que tendrán que articular distintas estrategias para tratar de disciplinarlo si quiere llevar adelante el ajuste que pretenden. La arena política estará signada y condiciona por la lucha de clases que ya mostró los dientes, la experiencia dirá si puede rugir más fuerte que su enemigo de clase.”

 

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Un comentario sobre «Nuestra posición frente al resultado electoral»

  1. Es la hora de los pueblos, es la hora de dejar de lado las grietas que nos impuso la clase dominante para dividirnos y frenar los intentos que llevará adelante el nuevo gobierno por ajustarnos aun mas la vida. Fuerza compañeros, un solo puño para resistir y para golpear!

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