En septiembre de 2023 se anunciaba que la multinacional Procter & Gamble vendía parte de sus operaciones (la planta de manufactura de las marcas Ariel y Magistral) a la empresa Dreamco (quien produce entre otros productos Plusbelle, Zorro y Federal). Formaban parte de esta venta las líneas de producción, los equipos e inventarios de su planta en Pilar y el traspaso de los empleados.
P&G es más grande y más rápida. Dreamco más chica y más lenta. ¿Resulta que vende el más grande y más rápido? Luego de turbias negociaciones (aún vigentes) parece que así se darán las cosas, siempre en cuando las y los trabajadores firmen el acuerdo.
¿Casualidad? Justo cuando el gobierno decreta la libre importación de productos básicos como detergentes y de perfumerías (entre otros).
Los dueños de Dreamco son: Jonathan Gerszberg, el abogado y broker inmobiliario Damián Krell, Emiliano Grodzki y Nicolás Bonta, que en forma paralela al nuevo proyecto en Plusbelle están detrás de la empresa de cripto monedas Bitfarms. Una conjunción de capitales “de manual”.
Hay varios dimes y diretes en esta venta: “que la vendo”, “que no la vendo”, “que los trabajadores se oponen”, “que negocian”, etc. Mientras tanto, el decreto de libre importación incluye varios de los productos que producía Procter en Pilar…
En medio de este proceso, el sindicato empresarial (fundamentalmente de camioneros) ha querido comprar la voluntad de lucha de las y los trabajadores a cambió de una paz social. Dicen: “se llevan unos cuantos manguitos y a trabajar sin chistar, si no les soltamos la mano”, “No jodan que la nueva empresa es nacional”… Buscan generar un futuro extremadamente incierto para la clase trabajadora.
Hablan de un futuro “tendal”, pero la realidad es que el tendal ya está en el presente si para sobrevivir se necesitan salarios superiores al millón de pesos. Los nuevos dueños proponen un salario básico conformado de $ 418.071, más sumas no remunerativas. Y dicen estar de acuerdo con ponerle «la platita» en el bolsillo para que cada trabajador alivie el dolor presente. Pero esos manguitos que abultan mucho servirán para pagar deudas generadas para comer u otras necesidades básicas, y ¿después qué? En jaboneros los salarios son muy superiores, pero preocupa -al igual que a toda la planta- el carácter aventurero de la nueva empresa.
La santa alianza gobierno-empresas-sindicatos (camioneros y jaboneros en distintos planos) intentarán dar una nueva vuelta de tuerca para garantizar mayor productividad a salarios cada vez más bajos.
El gremio de camioneros juega un papel nefasto en la planta y atenta permanentemente contra la unidad que se va logrando por abajo. Mientras que en el de jaboneros ha habido una pérdida de beneficios que -en definitiva- achatan el salario.
Para evitar ese futuro incierto no podemos dejarnos engañar.
Trabajadores y trabajadoras de P&G deben preparar sus fuerzas, independientes de cualquiera de estas tres patas asociadas. Es la única forma de frenar esta tropelía de “alta gama”.
Procter importará sus productos. La “nueva” empresa (cara visible) se hará cargo de la ejecución de ciertas medidas anti obreras. Y los sindicatos intentarán jugar el papel al que están llamados: el de traicionar toda aspiración política y económica de la clase obrera.
Hay que estar muy atentos a todos estos movimientos, debatir en las bases todo, absolutamente todo. No romper nunca la unidad y tener claro que las tres patas del poder intentarán cualquier cosa para someter al laburante.