El jueves 11 de abril nuevamente en Villa Constitución (una ciudad con una larga tradición de movilizaciones obreras y populares) en un nuevo escalón de organización y lucha, los trabajadores metalúrgicos, en una abrumadora mayoría, acompañados por otros sectores de obreros de la construcción, comercio, estatales, ferroviarios, aceiteros (como así también algunas organizaciones políticas y pueblo en general) se movilizaron multitudinariamente para defender sus derechos, sobre todo, el derecho a un salario digno.
El marco de esta movilización fue el largo proceso (que ya lleva 5 meses) de las paritarias metalúrgicas, lo que llevó a que los obreros siderúrgicos (rama 21 de UOM, la totalidad de los operarios de Acindar y algunas empresas contratistas que trabajan en la planta) tengan sus sueldos congelados desde noviembre, con una inflación acumulada que ya pasa el 80 %.
Una perdida terrible de poder adquisitivo, que sumado a los despidos, suspensiones y retiros, son fruto de las políticas llevadas adelante por este gobierno y las empresas para bajar la masa salarial de las y los trabajadores en general.
En este marco y luego de un paro escalonado de 24, 48 y 72 horas dictado por la Directiva de la U.O.M Nacional. Esto sin tener en cuenta la situación de cada planta, ya que la empresa Acindar durante el paro de 48 y 72 horas ya estaba parada por falta de ventas, lo que llevó a que a los compañeros les descontaran 5 días sin hacerle ningún perjuicio a la empresa, al contrario. Como continuidad de ese plan de lucha (por supuesto inconsulto) se plantearon movilizaciones semanales en Campana, San Nicolás y Villa Constitución (sedes de Siderca, Siderar y Acindar, respectivamente)
Estas marchas tuvieron una importante diferencia. En las dos primeras el grueso de la participación fue de comisiones internas y cuerpo de delegados de las diferentes seccionales metalúrgicas del país.
En cambio, en la de Villa Constitución, la participación masiva de la clase obrera de base marcó la diferencia.
Los motivos, principalmente, fueron la tradición de unidad y lucha de la Clase Obrera local, además del “vaciamiento” que les hicieron a los directivos locales desde la UOM nacional, al llamar los primeros a “un paro por tiempo indeterminado” cuando las negociaciones que se hacían por Rama 17, ese mismo día, estaban prácticamente cerradas, marcando un claro rumbo para la reunión que se hacía al día siguiente por la rama 21 (ahora la pasaron para el lunes próximo, 15de abril.
Más allá de ser muy discutida esta medida en los diferentes sectores de la planta (ya que la metodología para tomarla fue, igual que la nacional, inconsulta y sin asamblea, donde se debatieran las diferentes opciones de lucha) el acompañamiento a la marcha fue masivo. Porque donde no había ningún tipo de duda era en que, a este plan de las empresas de achicamiento salarial y flexibilización sostenido e impulsado por gobierno nacional, había que enfrentarlo y frenarlo con la acción contundente de la clase.
Miembros de la histórica lista Marrón encabezando la marcha, grupos de obreros metalúrgicos debatiendo con trabajadores de otros sectores, diferentes sectores de la planta con sus propias banderas, una jornada plena de democracia y unidad de clase.
Pero esta gran jornada tuvo un final incierto, cuando el Secretario General tomó la palabra y anunció (sin mayores datos y precisiones) que se había llegado a un “ACUERDO VERBAL” con Acindar, donde los objetivos planteados por los metalúrgicos habían sido alcanzados, dando por terminado el paro por tiempo indeterminado a las 4 horas de haber arrancado.
Esta frase dicha para las cámaras, para que quede esa foto, de más está decir, (ya que el mismo se encargó de aclarar de que el acuerdo es “verbal”) habla de algo que está en el aire, que depende mucho de lo que se resuelva el lunes (si se resuelve). O sea, de los números escritos, de los acuerdos que se plasmen en papel y de la necesidad imperiosa de este personaje de dar marcha atrás con una decisión que tomaron a puertas cerradas y la levantaron de la misma manera.
Nada dijo este personaje de los casi 150 contratos caídos de personal de planta, de los despidos y suspensiones de los compañeros de contratistas, de la imposición de tomarse vacaciones (incluso en algunos casos adelantadas) o francos compensatorios, mucho menos de la situación de precariedad que hay en los talleres, y varios etcéteras.
Temas que hoy están en pleno debate en los compañeros metalúrgicos, esos compañeros que nuevamente demostraron su decisión de luchar y enfrentar estas políticas que atentan contra nuestros derechos laborales y para conquistar una vida digna.
Los obreros de Acindar y de Villa Constitución continuaremos alertas debatiendo en nuestros sectores de trabajo, a la vez que daremos continuidad a la relación directa con toda la población villense para debatir democráticamente los pasos a seguir en el futuro inmediato.