“Vamos a aprender de EE.UU. y de Israel”


“Vamos a aprender de EEUU y de Israel”… “Así pondremos a la  Policía Federal en línea con los estándares del FBI y las principales fuerzas de investigación criminal de los gobiernos del mundo”.

El “buen señor “que expresó esta frase (nos referimos a Milei) no está leyendo bien la situación de importantes Estados del país del norte, en donde las revueltas populares se suceden año tras año. Efectivos de todos los colores actúan para reprimir y sin embargo el estado de tensión que produce la lucha de clases parecería dominar el escenario actual de confrontación. La policía israelí es el ejemplo de la criminalidad, cuando su accionar diario apunta a niños y niñas con la consigna de exterminio.

Pero vamos a lo nuestro.

La creación de la “nueva policía”, Departamento Federal de Investigaciones (DFI) además de abrir las puertas a un gran negocio en infraestructura (¿no era que no había plata?) será un departamento encargado en quebrar las libertades políticas.

Es aquí en donde pondremos el acento de tal iniciativa, aunque las libertades políticas que entendemos las y los revolucionarios tienen poco que ver con las “libertades” políticas que entiende la clase dominante.

En el día de hoy varios gremios salieron “a luchar”, se movilizaron para apoyar a Cristina Kirchner. Sin embargo, las bases trabajadoras -que pierden el día- no van masivamente a la movilización, aunque llenaran la plaza con algunos sectores que aún hoy son permeables al engaño y a las movidas del activismo, dejando de lado la lucha de las verdaderas libertades políticas que se reclaman en lo más profundo del proletariado.

Para el gobierno coartar las libertades políticas significa reprimir cualquier intento de quebrar su plan de “motosierra” y es allí a donde va dirigido este departamento de investigación.

Las libertades políticas para la clase obrera y el pueblo implican también derechos a una vida digna que incluye las cuestiones básicas de la vida cotidiana, alimentarse, educarse, tener salud, etc. Este cúmulo de presiones que vienen de muy abajo solo tienen dos vías de escape para la burguesía.

Una es este «nuevo» departamento de investigaciones, o sea, reprimir. El otro mecanismo de la burguesía es el engaño, o sea, asociar las libertades políticas a los intereses de esa burguesía, entre ellos la «libertad» de Cristina.

Dos caras de una misma moneda, «palos y zanahoria».

Pero en el actual contexto de la lucha de clases, en donde se repudia la represión y se da la espalda a las “libertades” políticas que propone la burguesía, es necesario mantener con firmeza política e ideológica la independencia política que se va cimentando con su accionar la clase obrera y el pueblo.

Para llevar adelante los palos y los engaños, la burguesía de uno u otro lado necesitan una base de apoyo social importante y en crecimiento. Esta premisa no se estaría cumpliendo en el actual escenario de la lucha de clases. Esa base social está preocupada y ocupada por sobrevivir y se van ampliando las luchas autoconvocadas con metodologías de democracia directa. Van confluyendo los verdaderos derechos políticos y los derechos por una vida digna creando una creciente presión a la clase dominante.

Si la base social para la burguesía es insuficiente se trata entonces de salir al cruce a todo aquello que pueda seguir erosionando un camino que garantice las verdaderas libertades políticas.

Profundizar lo que se está haciendo, o sea, unidad por abajo, organizaciones políticas que profundicen la democracia directa como metodología contra la “democracia representativa” que propone la burguesía, e ir concientizando lo que se está haciendo en vistas a cambios profundos de un sistema capitalista que en su estructural ocaso da muestras desesperadas de utilizar herramientas vetustas para coartar las verdaderas consignas de libertades políticas que se seguirán construyendo y plasmando en su totalidad en el camino de la lucha por el poder.

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