El mazazo que ha recibido el poder de compra de nuestros ya cascoteados salarios, luego de la devaluación del mes de febrero, con una seguidilla de aumentos de precios impresionantes en todo lo que se necesita para subsistir, ha colocado el tema salarial en el centro de la escena política.
Y de la misma manera, las tan manoseadas paritarias; que como es de esperarse, tienen un “ámbito” natural, que no es otra cosa que la jocosa mesa que conforma la santa alianza compuesta por el gobierno, las empresas y las cúpulas sindicales.
Pero la realidad concreta, lo que en verdad pesa y ocurre, dista bastante de tener a estos personajes como actores principales.
Hoy en nuestro país, la principal protagonista a la hora de obtener un aumento, es la clase obrera con su lucha. Arrancarles la recomposición de nuestro salario, depende exclusivamente de la lucha y organización desde abajo.
Está muy claro para los trabajadores que es totalmente inconducente esperar algo de los jerarcas sindicales, que han demostrado holgadamente que no sólo no están dispuestos a pelear a nuestro lado por lo que nos corresponde, sino que por el contrario, nos ponen palos en la rueda y funcionan como una gerencia más de las empresas.
Quizás, la reciente experiencia de lucha de los obreros de las autopartistas y metalúrgicos en Córdoba (se dieron varias tomas en esos sectores, durante y después de lo de Valeo), sea un fiel ejemplo de lo que decimos, ya que esos compañeros (estando incluso bajo el convenio de la UOM) no han esperado nada de los sindicatos traidores y han llevado la unidad de clase en la lucha por sus puestos de trabajo, aumentos de sueldos y mejora en las condiciones de trabajo.
Basta ver algunos medios de la burguesía para darnos cuenta rápidamente la lectura que la misma hace puertas adentro. Reproducimos un párrafo que no tiene desperdicio. “El prolongado conflicto en la autopartista Valeo, impulsado por delegados que no están alineados con la conducción gremial de la UOM de Córdoba, volvió a poner en el tapete el protagonismo y apoyo que consiguen los trabajadores, sin el guiño de las dirigencias…Ese fenómeno –que evidencia una crisis de representatividad de las conducciones- no es nuevo en Córdoba. Poco antes del Cordobazo, las organizaciones Sitrac-Sitram en las fábricas Fiat Concord y Materfer hicieron que los operarios no formen parte de la UOM o Smata, respectivamente. El conflicto por reclamos salariales en Valeo, puso en evidencia el protagonismo de trabajadores que no responden a la conducción, pero cuentan con el apoyo de sus compañeros. Sin compartir el camino elegido por ellos, la conducción de la UOM que encabeza el delasotista Rubén Urbano, se vió obligada a respaldar a los huelguistas. El grado de libertad de acción que tienen los delegados para decidir medidas de fuerza a partir del apoyo de los trabajadores en asambleas, genera mucha preocupación en las conducciones sindicales, en las empresas y en el gobierno”.
La lucha por aumento salarial, forma parte a la vez, de una lucha superior. Una lucha de clases contra el poder de la oligarquía financiera y el Estado al servicio de los monopolios, que explotan y exprimen al pueblo trabajador.
Así lo han entendido los monopolios, por eso no sorprende que en esta semana, cerca de un centenar de efectivos de Infantería de la policía bonaerense permanezcan en la zona del Parque Industrial de Pilar. Según las autoridades de la fuerza, “se quedarán allí por tiempo indeterminado con la intención de evitar que se produzca un nuevo bloqueo al complejo”. Hay que recordar que recientemente la comisión interfabril que reúne a trabajadores de varias empresas instaladas allí, anunció que volverá a tomar medidas de acción directa en el marco del conflicto que tiene epicentro en la negativa de la autopartista Kromberg a acatar el fallo judicial que le ordena reincorporar las compañeras despedidas, y a una serie de reclamos salariales que se vienen dando en diferentes fábricas del parque.
Las luchas que hasta el momento se están librando en forma separada y localmente, empiezan a encontrar un camino en común, quebrando el aislamiento que con todo su empeño busca sostener la burguesía. Las luchas de la clase obrera y pueblo en general, tienen el común denominador de ser luchas por una vida digna, que ni este gobierno ni gobierno futuro salido de las tramposas, amañadas y corruptas elecciones, brindarán jamás a los trabajadores y al pueblo.