La oligarquía financiera no da puntada sin hilo cuando de hacer negocios se trata, al tiempo que se picotean entre ellos para ver quién se queda con la cabeza del león y no con la cola del ratón. Así, el gobierno de los monopolios, después de meses de propagandizar una “cruzada” contra los llamados fondos buitres pretendiendo engañar a la opinión pública “que el default, que la agresión externa”, y un montón de bravuconadas más, encontró “respiro” en los bancos privados “nacionales” y extranjeros en Argentina. Pobres, qué buenos que son!!!! Terminaron comprando el primer pago, U$S 250.- millones y evitaron así ese invento llamado default.
¡¡Pero ojo!!!! Entre otros, los que ponen la plata son el Banco Macro y el Galicia donde el Estado vía ANSES tiene el 25% y el 20% del total de activos de dichos bancos respectivamente. Una clara demostración de una transferencia de la deuda en cuestión de un buitre chico a uno grande, máxime si se tiene en cuenta que la famosa deuda de los “buitres chicos” es de U$S 1.600.- millones, y los bancos en Argentina llevan ganado, en lo que va del año, más de U$S 46.000.- millones. Es decir, una piedrita en el zapato que se termina, en última instancia, transfiriendo a la cuestión doméstica y saca así un tema menor de la “justicia internacional”.
El problema se queda acá, total la plata expropiada a los argentinos vía impuestos y en este caso administrada por el ANSES la tienen muy bien guardada la oligarquía en sus bancos, en su justicia, en definitiva, en su Estado con su gobierno.
Capitanich fue elocuente en relación a esto en su declaración matinal hoy: “No voy a hablar del tema. Corresponde al sector privado, no corresponde opinión del sector público”.
Es muy claro. El problema es político, y cuando es así cada quien expresa el interés de clase que representa. Por eso nosotros, parados desde los intereses de la clase obrera y el pueblo, no dudamos en ser directos y sencillos al afirmar que todo este tema era una puja inter oligárquica que terminó siendo condicionada por la propia situación de la lucha de clases (trataron de pedalear hasta donde pudieron); tratando de poner a su gobierno como el defensor de la soberanía, y ahora resulta que los bancos privados son buenos, blanden la bandera argentina y no quieren hacer más olas porque sienten que los excrementos están ahí, flotando entre las narices.
Todos los días les explotan contradicciones y el gobierno quiso desviar la atención de los problemas que tiene y armó esta “patriada” que se le convirtió en un problema político y terminó dándole una salida más ridícula aún; porque hay algo de lo que la burguesía no puede escapar: su debilidad política por un lado, y su avaricia por el otro. Se encuentra empantanada porque, a decir de Marx, su lei motive es la acumulación de la ganancia y se termina pagando, a pesar de que se desgañitaron a los cuatro vientos de que no lo iban ha hacer, con un único e inequívoco garante: la explotación al pueblo argentino.