El gobierno «popular» compra armas a los genocidas israelíes

En medio de la discusión sobre el reemplazo de jueces que tienen que decidir la validez del acuerdo con Irán, una noticia pasó totalmente desapercibida.

El 26 de junio el ministro de defensa, Agustín Rossi, firmó con el gobierno de Israel un convenio denominado “Proyecto de modernización del Tanque Argentino Mediano (TAM)” por el que el SIBAT (Departamento de Asistencia Exterior y Exportaciones del Ministerio de Defensa de Israel) proveerá todos los suministros necesarios para la actualización y modernización de 74 tanques TAM del ejército argentino.

La firma de este convenio se enmarca en un proceso iniciado hace ya seis años (con la ex ministra Garré a cargo de Defensa).

La empresa israelí que estará a cargo de este proyecto es Elbit Systems. Esta empresa también provee materiales y equipamiento a la Policía Federal Argentina desde hace varios años. Elbit Systems es uno de los principales fabricantes mundiales de aviones no tripulados, los que son utilizados por las fuerzas militares israelíes en sus ofensivas contra el pueblo palestino.

Mientras en el mundo se multiplican los llamados a la ONU y a los gobiernos para implementar un embargo militar a Israel, el gobierno argentino sigue adelante con los acuerdos militares con ese país mientras el pueblo palestino vive y sufre una de las peores catástrofes humanitarias de la historia. La doble moral del gobierno kirchnerista da para todo; ya lo dijo la Presidenta: “Sólo hay intereses” y éstos son bien representados por el gobierno de los monopolios.

El autodenominado gobierno de los derechos humanos pacta con el genocida Estado de Israel convenios que debemos enmarcar en la recomposición de las fuerzas militares del país, cuyo único objetivo es recomponer el aparato de represión del Estado para futuras situaciones de agudización de la lucha de clases. Así ratifica el carácter clasista de su gestión para “defender intereses” que son los intereses estratégicos de la burguesía monopolista en la Argentina.

Una noticia que ha pasado y a la que ni los grandes medios ni la oposición le ha dado entidad. Allí sí muestran, todos, su pertenencia de clase y ratifican que, cuando de intereses estratégicos se trata, todos tocan la misma música.

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