El Estado israelí es un estado gendarme y mercenario; parte de la población está militarizada y cebada por una concepción extremadamente guerrerista y afincada en el fascismo que expresa la oligarquía financiera a la cual sirve como gendarme en Medio Oriente, para asegurar los negocios de lo más concentrado del poder del capital. Al igual que Arabia Saudita Israel sirve de ente represor, de garante del orden capitalista, de fuerza de invasión, de freno al desenvolvimiento de los pueblos; sirve al fundamentalismo reaccionario exacerbado del imperialismo que en su última etapa muestra su más oscura faceta. Muestra, en la suma de sus atrocidades, por qué estamos como estamos.
Desde hace aproximadamente dos semanas miles de palestinos de localidades como Cisjordania, Hebrón, Nabrus, Qalquilla, Ramala, Al Bire, desarrollan movilizaciones y enfrentamientos con palos, piedras, bombas molotov, piquetes contra las genocidas fuerzas de ocupación israelíes.
“Estamos haciendo un llamado para el fortalecimiento y el aumento de la intifada, es el único camino que nos llevara a la liberación, que Gaza cumpla con su papel en la intifada de Jerusalén, estamos listos para la confrontación.” Las oraciones de este sermón en una mezquita de Gaza lo dicen todo, es un llamado al levantamiento del pueblo palestino que anuncian como la tercera intifada. Un llamado no sólo por la nueva ofensiva que implementa el Estado asesino israelí, sino también frente a las condiciones inhumanas en las que se ven obligados a sobrevivir.
La destrucción física del pueblo palestino y la ocupación de sus territorios son los objetivos de Israel. Sus políticas genocidas no tienen límites. Los ultrajes y los asesinatos, las demoliciones sistemáticas de sus hogares, las prohibiciones de todo tipo, la militarización, la tortura y el hambre están justificados en la política terrorista del Estado israelí.
Las acciones orquestadas para justificar próximos ataques son un ejercicio cotidiano que se ponen en práctica entre bombardeo y bombardeo y se utilizan como causa para promoverlos. En esta oportunidad la ocupación y la prohibición de acceder a la mezquita de Aq-aqsa al norte de Jerusalén, más el montaje creado por la política militar y los medios de prensa israelíes para acusar a varios estudiantes palestinos de asesinar colonos israelíes, sirvió de pretexto para que las fuerzas sionistas redoblen sus atrocidades. Esos estudiantes, entre los que se incluyen menores de 15 años, fueron asesinados en plena calle por la policía por protestar contra las prohibiciones de ingresar a la mezquita. La nueva ofensiva contra Palestina viene del ataque a los fieles religiosos.
Al mejor estilo de las centurias negras en la rusa zarista, o las hordas del Ku Klux Klan contra los negros de EE.UU, o las oleadas de destrucción y de terror de los camisas negras del fascismo italiano previo a la segunda guerra mundial, las hordas de la ofensiva israelí les hacen honor de la mano de los llamados “colonos”. “Ellos estaban gritando ‘Muerte a los árabes» golpeando a nuestras puertas con palos. Ha habido tantos soldados y colonos [en la zona] durante los últimos cuatro días…”. Durante varios días las hordas de colonos rompieron vidrieras, puertas, ventanas, destrozaban puestos de alimentos y negocios, al grito de ¡muerte a los árabes! llegando incluso al linchamiento de personas”. Como personificación del fascismo israelí los colonos son parte del Estado, son su fuerza de choque.
Aun a expensas de exponer a su propio pueblo como carne de cañón de sus ambiciones fundamentalistas, para el fascismo cualquier medio es válido. En el marco de esta actitud fascista, la tercera intifada es un grito liberador en medio de tanta podredumbre.
¡¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO¡¡ VIVA SU LUCHA CONTRA EL YUGO ASESINO DE ISRAEL¡¡