Los números macroeconómicos con los que permanentemente nos taladra la cabeza la burguesía nos generan como pueblo muchísima bronca y miles de angustias e interrogantes; porque la realidad concreta que vivimos a diario nada tiene que ver con la bonanza de los negocios y las grandes inversiones que se anuncian.
El ministro de Economía, Amado Boudou, afirmó ayer que el crecimiento económico de este año seguirá subiendo y se ubicará en torno del 7%, a la vez que negó que eso sea producto de la mejora en la situación económica mundial tras las crisis, sino que es un invento bien argentino…
Boudou remarcó que a pesar del reciente pago de 2.200 millones de dólares por el Boden 2012, hay «más reservas» en comparación con diciembre último. Sobre lo que nada dice es a dónde van a parar todos esos recursos generados por millones de argentinos, porque cuando se habla de salarios o de jubilaciones, lo primero que argumenta el gobierno de los monopolios es que la plata no alcanza.
Para completar la farsa, agregó que «No aceptaremos que el fortalecimiento del mercado interno, ni los salarios, ni las jubilaciones, sean un problema inflacionario, por lo tanto vamos a estar al lado de la población para cuidar los precios»…
Le pediríamos al ministro que no nos cuide tanto, que nos podemos cuidar solitos, porque si de ellos dependiéramos, nuestro presente y nuestro futuro son totalmente negros. No hace falta decir nada de cómo estamos viviendo.
La fiesta es para los otros, para los monopolios que producen en nuestro país, que no son ajenos –ni mucho menos- a todos estos números tan favorables; y la rentabilidad que obtienen en países como el nuestro –pagando costos y salarios “chinos” en pesos y vendiendo al mercado en su equivalente en dólares o en euros- se expresa en los números globales que no dejan de sorprender.
La automotriz multinacional Toyota –por ejemplo- tuvo ganancias netas de 190.400 millones de yenes (unos 2.230 millones de dólares) solamente entre abril y junio de este año, tal como lo informara la casa central de la propia compañía.
El mayor fabricante de coches del mundo indicó que su beneficio operativo fue de 211.600 millones de yenes, valor que nada tiene que ver con las pérdidas operativas por 194.900 millones de yenes declaradas públicamente hace un año.
El volumen de negocios de la multinacional alcanzó los 4,87 billones de yenes, significando un aumento del 27 por ciento, frente al mismo período del año 2009.
Las ventas consolidadas de vehículos totalizaron en el trimestre abril-mayo-junio, los 1,82 millones de unidades, casi medio millón más de vehículos que hace un año. (¿No era que estábamos en crisis?…)
Otro ejemplo es el de Petrobras Argentina, quien declara obtener en el primer semestre del año una ganancia de 383 millones de pesos, a pesar de que permanentemente viven llorando lágrimas de cocodrilo y golpeando las necesidades de los trabajadores… De acuerdo al balance de esta compañía presentado en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, las ventas netas en ese período fueron de 6.957 millones de pesos, casi un 30% más que un año atrás. (¿No era que se estaban por ir porque el negocio no resultaba rentable?…)
Para cualquiera de estos casos (y para todos los demás), cabe preguntarse: ¿gracias al trabajo de quiénes obtienen estos multimillonarios beneficios?
La respuesta la tiene cada trabajador que –al lado de la máquina- día a día, así como vivimos en carne propia todo el peso de la superexplotación, no descansamos ni un solo minuto en ver cómo desde la lucha unitaria y por fuera de todas las trampas del sistema, continuamos peleando por lo que nos pertenece y por nuestra dignidad, como trabajadores y como pueblo.