Como no puede esconderse, el ajuste y la inflación -devaluación mediante– constituyen un ataque feroz a los salarios. La propaganda burguesa se empeña en disimular sus violentas consecuencias, publicando y difundiendo noticias con ecuaciones y cálculos estadísticos, tan mentirosas que incluso habría que ponerlas en el cuadro de honor de las falacias más inverosímiles publicadas hasta ahora. Noticias que también se exponen en la TV y que intentan burlarse de nuestro pueblo, aunque en realidad difícilmente puedan engañar a alguien.
Una de ellas, fue publicada el lunes 8/10 en Ámbito Financiero y plantea que “La pérdida del poder adquisitivo sería del 11% en promedio durante el 2018 para los asalariados del sector privado, con las regiones Noreste y Noroeste como las más perjudicadas con una contracción proyectada en torno al 17%, según una consultora privada.”. De la «consultora privada», ni noticias, pero de todos modos, cabe preguntarse: ¿acaso no hubo una devaluación de más del 100% que sepultó los salarios a niveles infrahumanos? ¿No hay -acaso- una descomunal inflación que tiende a equiparar los niveles devaluatorios con una suba constante de precios que supera las cifras oficiales de 40%? ¿Los tarifazos y los aumentos desmedidos de impuestos, los ajustes y los subsidios a los monopolios a sus negocios… han dejado de existir? (Ver nota en esta misma página del 28/9).
¡¡¡Que barbaridades están diciendo estos tipos!!! dirían en una familia trabajadora, que ve cómo se esfuma todo su salario en menos de lo que canta un gallo, mientras las mentiras burguesas tratan de decirles con cínica intención que perdieron, pero, en realidad, no tanto…
El próximo lunes 15, otro tarifazo en el transporte público se suma a la baja del poder adquisitivo. Es Indudable que así las cosas no pueden seguir, más aun, nuestras carencias tienen como contraparte que un puñado de monopolios se queden con nuestro esfuerzo.
En el transporte público como en los demás servicios, tales carencias muestran el colapso de una política implementada en función exclusiva de la ganancia monopolista.
Por ello es necesario atacar desde la masividad esta nueva embestida. Si la gobernabilidad les permite implementar estos ajustes hagámosles de la lucha contra el ajuste la imposibilidad de gobernar, porque la gobernabilidad de los monopolios es sinónimo de opresión y explotación. Ni ajuste, ni inflación, rebelión.
Después de una semana en donde la burguesía acusó el golpe, retrocediendo por el multiplicado repudio y generalizado de nuestro pueblo a los intentos del gobierno de beneficiar con una compensación económica a los monopolios, y a costa de incrementar las tarifas, este retroceso evidencia la debilidad política del gobierno y la incapacidad de sostener sus planes y sus dictados cuando se tiene que enfrentar a una decisión mayoritaria que dice basta.
Decisión mayoritaria que transita por las experiencias asamblearias y la democracia directa, y ya se expresa en el enfrentamiento. La desobediencia, las movilizaciones, los cortes… todo suma al contrataque que es necesario implementar.
La aparente fortaleza burguesa sufre con agudeza estos golpes, que por más que quieran, no pueden ser disimulados, y que expresan el hartazgo de nuestro pueblo.
Con la fuerza de nuestro pueblo, no los dejemos gobernar.