«Las concesiones a las masas que Perón promovió han tenido siempre por objetivo consolidar el Capitalismo. Esto constituye una política burguesa hábil, pero de ninguna manera soluciona verdaderamente los problemas del pueblo sino, por el contrario, tiende a agravarlos y llevar a las masas de un cierto consumo en un periodo a una gran miseria en otro. Lo único que se mantiene creciendo ininterrumpidamente son las ganancias de las empresas. Esta característica del peronismo debe ser hoy tenida en cuenta para no dejarse engañar por concepciones, con ‘palmeadas de hombros’, y luchar consecuentemente por el cambio de fondo del sistema de explotación que padecemos». Mario Roberto Santucho – Las definiciones del peronismo (1973)
En la actualidad la clase obrera de la gran industria en nuestro país no espera de este gobierno grandes cambios y las “expectativas” se limitan a no seguir perdiendo como hasta ahora. Las empresas preparan las fuerzas de choque con el poder de los sindicatos-empresariales. Fuerzas de choque que no solo se limitarán a la fuerza violenta con que se han expresado en su historia sino que además jugarán un papel preponderante en lo político e ideológico para desmantelar cualquier intento de independencia política que se vaya generando desde abajo. Trabajarán en el disciplinamiento de la clase obrera, cosa que podrán hacer o no dependiendo de la actitud que ésta asuma.
Hoy por hoy el problema económico es el principal problema de la clase, acompañada de condiciones de trabajo y de vida casi insoportables. Hay y habrá una tensa calma pero el reclamo y la presión desde abajo lejos está de desaparecer.
Hay una generación de obreros que viene con una experiencia de vida política, está midiendo y sabe que aún no hay fuerza suficiente para golpear al poder del Estado/ Empresas/ Sindicatos. Fuerzas de choque en el sentido amplio de la palabra. Del lado de la clase son fuerzas que están, que molestan, que no son fácil de digerir por las empresas ya que hay derechos adquiridos que trascienden cualquier papel.
Hay también fuerzas obreras muy jóvenes que no tienen aún una conciencia política profunda de lo que se está viviendo, fuerzas “individuales” pero que son más intolerantes. Jóvenes obreros que se plantan individualmente, incluso con riesgo de perder su trabajo, pero van al frente. Son fuerzas molestas para las empresas e incluso para los sindicatos dentro de los sectores, pero no dejan de ser fuerzas individuales, aisladas e incluso muy difíciles de organizar dentro de los establecimientos.
La burguesía va por los Convenios. El gobierno FF sabe que por abajo hay pocas pulgas, descomprimirá en todo lo que pueda desde los derechos políticos del pueblo, pero el eje de disciplinar a la clase obrera no lo podrá soslayar. Esa será la matriz de la clase burguesa hoy en el poder y en el gobierno.
En este “compás de espera” las avanzadas del proletariado no deberemos desesperar y tenemos que hacer lo que hay que hacer. Hay que continuar con la labor política independiente tanto en lo nacional como en lo local. Insistir como una gota de agua, cuerpo a cuerpo, en elevar el grado de conciencia y de organización en todos los planos. No desesperar ante las dificultades pero tomar conciencia que la actividad en ese terreno no debe tener descanso.
Los próximos meses serán de cierta confusión. El actual gobierno tiene poco margen para el engaño pero persistirán en él para golpear en lo sustancial que es el salario a la baja y pegar a los Convenios. Cuentan con cierta experiencia política de manipulación para socavar cualquier intento de reclamo en estos ejes planteados y en ello los sindicatos más poderosos picaron en punta, incluso ofreciéndose como artífices de propuestas para toda la burguesía.
Es necesario salir al ruedo de la lucha contra toda esta fanfarria en las condiciones que se pueda y, a la vez, en la preparación de una acumulación de fuerzas necesarias para poder golpear con puños cerrados. No hay acciones pequeñas para ir por este camino, hay acciones y en ello es necesario prestar atención para seguir gestando las salidas políticas de carácter revolucionario que se vienen amasando a lo largo de estos años.
Organizar en el abajo en épocas de “espera”. Los tiempos políticos en realidad son tiempos de una lucha de clases enervada. El populismo es parte de una política de la burguesía monopolista en los marcos de un capitalismo monopolista. Una forma de gobierno que se transforma en un dique de contención al desencanto masivo de todo el pueblo al sistema reinante.
Pero se equivocan si piensan que nuestra clase obrera y nuestro pueblo bajarán la guardia. Había que echarlo a Macri y las urnas fueron un arma al alcance de la mano de un pueblo sufriente. No fue ni es un cheque en blanco para la administración burguesa entrante. Nuestra clase obrera sabrá esperar, “ojeará las cartas”… Pero si la dignidad es atropellada entonces sí no será en vano el trabajo de hoy de todas las avanzadas de la clase y del pueblo.
Es en este camino y pensamiento que planteamos que no hay que perder un solo minuto en llevar adelante iniciativas que vayan elevando la conciencia y la organización de los núcleos más decididos que simultáneamente puedan abrirse y masificarse. No esperar a mejores tiempos para iniciativas ni desesperar por resultados inmediatos.
El poco margen de engaño del poder burgués está enmarcado en la grave crisis política de la burguesía monopolista a nivel planetario y desde ya en nuestra región y el país. Esto exige de nosotros seguir preparando las condiciones materiales para cambios que eleven la calidad de la lucha revolucionaria.