Nota de “VOZ REBELDE”, revista del PRT en la Zona Norte del Gran Buenos Aires. Editorial (abril 2021)
Ellos intentan avanzar contra los derechos de la clase obrera, hablan de que este año “supuestamente” vamos a tener una inflación del 29% y detrás de esto se alinea la burocracia sindical con el gobierno y las empresas para acordar un “aumento salarial igual a la inflación” y en cómodas cuotas. Cuando sabemos que la inflación este año va a rondar por el 50 %. En síntesis, lo mismo de siempre: mucha inflación, poco salario, trabajamos cada vez más y estamos cada día más pobres.
Así nos quieren. Si hay pandemia somos esenciales. Queremos aumento, y nos dicen que no por la pandemia y la crisis. Nuestros hijos e hijas padecen la miseria educativa de este y de los gobiernos anteriores. Jubilaciones de pobreza para los más viejos, esta es la pequeña síntesis de este sistema decadente, que no se va a cambiar sino lo transformamos las y los trabajadores.
Poder local y unidad.
Más allá de los gremios y a cuál pertenezca cada empresa, tenemos que impulsar la unidad desde lo local. ¿Qué queremos decir con esto? Que no debemos atarnos a fórmulas que no conducen a nada. No ir detrás de los gremios y candidatos electorales que nos ofrecen el paraíso y bla bla bla. La lucha es de los que estamos junto a la máquina, en la línea de producción, en talleres, y desde ahí viendo las formas de juntarnos con las fabricas vecinas. Ahí radica la verdadera fuerza más allá de a que gremios pertenezcamos o de que agencia nos contrató, etc. Ellos nos van a tratar de meter mil diferencias para romper la unidad de la clase trabajadora. Es muy claro, donde ellos avanzan nosotros retrocedemos. Por eso es que nuestro planteo es generalizar la resistencia activa como un objetivo político de los trabajadores.
Contamos con experiencias recientes muy interesantes como la del frigorífico Arre Beef en Ramallo o el Hospital Larcade en San Miguel, donde las y los trabajadores van buscando, van haciendo su experiencia en la lucha.
Debemos centrar la mirada en dos aspectos, los cuales tienen que confluir. La unidad dentro de la fábrica o en cualquier lugar de trabajo y por otro la unidad desde lo local, en el barrio con las fabricas vecinas, en los parques industriales, y volvemos a repetir una y mil veces, la unidad por abajo como elemento fundamental para golpear y no ser golpeados.
Pasa por cómo vamos planteando objetivos concretos y detrás de estos como involucrar a la mayoría de los trabajadores en la organización y ejecución de esto. Ejemplo, si en una fábrica queremos pelear por categorías, mirar toda la fábrica, todos los sectores. Como ir metiendo los volantes, pintando los baños, bajando los ritmos de producción, ir desarrollando pequeñas reuniones con los y las cumpas del sector, siempre con la mirada de como involucrar, no con esperar a que un delegado nos venga a resolver las cosas. En esta etapa de resistencia activa creemos que pasa por ahí y desde ahí ir avanzando en organización y unidad desde las bases. Compartiendo estas experiencias con las fábricas vecinas.
No esperar a los diputados, politiqueros, gremialistas. La unidad viene desde las raíces, desde lo profundo de nuestra clase. No vamos por la unidad gremial. Vamos por la unidad de los trabajadores, no importa el rubro o la actividad, lo que importa es nuestra posición en la sociedad como productores. Y desde ahí salir a la unidad con otras y otros trabajadores, con el barrio. Resolviendo nuestros problemas y necesidades como clase. Desde ahí vamos construyendo el poder local de las y los trabajadores.