Hoy, todos los hospitales provinciales están de paro, solicitando aumento de salarios e incorporación de personal, indispensable para prestar el servicio público de salud a la población; salvo en dos, el Tránsito Cáseres de Allende y el Hospital Pediátrico, en donde se encuentran en estado de asamblea y donde sólo se prestan servicios de urgencia, porque los anestesistas se suman a la medida.
Lo novedoso es que la medida es impulsada por la UTS (Unión de los Trabajadores de la Salud) un movimiento autoconvocado, sin personería jurídica y por fuera de los sindicatos oficiales, ATE y SINDICATO DE EMPLEADOS PÚBLICOS.
Hasta esta hora, ya se unieron al paro más de diez hospitales del interior y también se oyen reclamos de los médicos residentes, que deben trabajar sin descansar después de las guardias y en muchos casos sin la supervisión del médico titular, la mayoría trabajan 4 años gratis, y los pocos que cobran perciben una miseria.
La respuesta oficial es impresentable: primero que “es un problema a resolver por las autoridades electas cuando asuman en diciembre” (textual), y segundo, convocar a dialogar al SEP (Sindicato de empleados Públicos) que nada tiene que ver con la poderosa demostración de fuerza de los autoconvocados…
O sea: NINGUNA RESPUESTA. El movimiento está creciendo, lo que presiona a las autoridades para que respondan a las demandas de salud de los cordobeses.