En estos días de euforia popular por el triunfo de la selección, de tener el corazón caliente, la clase dominante no dejó de producir “contrabando” ideológico por fuera del más popular de los deportes. La jornada de ayer será recordada como única porque únicos son los pueblos que como el nuestro sueñan con ser felices. Pero hoy es hoy. La resistencia requiere también mente fría.
Una familia de cuatro miembros que habita en la ciudad de Buenos Aires necesitó en noviembre percibir ingresos de por lo menos $79.298,16 para no ser considerada en situación de indigencia, $144.839,85 para no quedar comprendida en la pobreza y $222.485,11 para ser considerada de clase media, de acuerdo con los datos difundidos por la Dirección General de Estadística y Censos porteña. (ámbito 16 Diciembre 2022 ).
La idiotez tiene un contenido de clase, aunque en su apariencia aparezca como simple idiotez. Los señores y señoras de la DGEyS y su “comunicador” ámbito financiero abundan en ciertas cifras para introducir toda su ideología de clase dominante.
Hablan de pobres, indigentes y abrochan su estocada con hablar de “clase media”.
En lo estadístico nuestro partido ha hecho muchos aportes en tal sentido y es muy poco lo que podemos agregar, pero si hay algo que llama la atención de este artículo de ámbito y que se reproduce en otros medios es como la clase dominante actúa como clase para desclasar al resto de la sociedad.
Si hay algo que “lograron” los diferentes gobiernos es que ahora es “pobre” o “indigente” el mismísimo asalariado, con estadísticas o sin ellas.
Pero la cosa se pone interesante cuando con la soberbia propia de comunicadores y con “datos” oficiales en su poder tiran toda su ideología hablando de “clase media”.
Para éstos abanderados de la idiotez hablar de clase media parecería que a ellos mismos los pone en otro plano de jerarquía social. Es decir “sos estructuralmente pobre” pero de clase media, o lo que es lo mismo “pobre pero honrado”.
Si es que hay una frase hecha pero que ha calado muy hondo en nuestro pueblo es caracterizar a una parte importante de la sociedad de clase media.
¿Porqué es una frase desclasada? Porque es la propia burguesía, la clase dominante la interesada en hacer “desaparecer” desde lo ideológico a la clase obrera y al proletariado.
Hablar de “clase media” permite caracterizar a un obrero a una obrera que usa celular, tiene coche, una tv Smart y alguna u otra cosita de “clase media”, es decir: si te digo que sos de clase media te estoy escondiendo que vos como obrero u obrera no te tenés que “avivar” que sos de una clase que lo produce todo pero no tiene nada. Accedes a un consumo básico y con ello te rotulan de clase media.
Si tu salario es de $ 222.485,11 sos de “clase media”, ¡empezá a “descorchar”! por tu estatus pero ojo mañana tenés que ir a tus labores en las peores condiciones de trabajo y además con el peso de la crisis social que padecemos todos los argentinos. Los que producimos todo y no tenemos nada somos obreros u obreras ganemos esa cifra o cualquier otra, los pesitos que nos llevamos de salario no determina nuestra clase, lo que determina nuestra clase es el lugar que ocupamos en la producción.
Pero también es interesante la negación que hay para ver al proletariado, al asalariado que se lo quiere ningunear cuando su presencia universalmente ha crecido y a los señores “estadísticos” del sistema eso no se les puede pasar por alto, pero se les “pasa”.
Ahora imaginemos que en esa lucha ideológica contra la clase dominante, a la que le gusta hablar de “clase media” para desdibujar nuestra sociedad dividida en clases ¿que pasaría si la clase obrera y el proletariado actuasen como clase? con intereses antagónicos con los de la burguesía.
Algo está cambiando y en ello el proyecto que propone nuestro partido ayuda a desmalezar la confusión reinante. La clase obrera, el proletariado y el pueblo oprimido no son ni serán de la “clase media”, hay una clase obrera con todas las palabras, use o no use “celulares”.
Somos una clase que lo produce todo, que generamos toda la riqueza y como clase tenemos que profundizar en el proyecto de país que necesitamos independiente de la clase burguesa que “nos toca el hombro” para endulzarnos como “clase media”. Somos una clase que por el lugar que ocupamos en la producción estamos en condiciones de llevar adelante el proyecto de cambio revolucionario apoyado en una clase de revolucionarlo todo.
Desde este interés de clase no desestimamos la lucha por mejorar nuestra condición actual de vida pero no queremos aspirar a ser “clase media” como pretende toda la ideología de la burguesía. Aspiramos a ser una clase que en esa lucha económica dentro de este sistema capitalista dobleguemos todos los esfuerzos para llevar este caudal al plano de la lucha política por el poder porque no hay conciliación de clases posible que pueda aliviar el dolor de la mayoría explotada y oprimida. Todo el aparato institucional y de todo color político desdibujan a las clases en pugna y la frase “clase media” les ha venido como anillo al dedo.