Publicamos un texto que nos enviaran desde Francia los camaradas de Supernova Revue (1), a quienes desde ya agradecemos, en donde se hace un muy interesante análisis de los sucesos que vienen ocurriendo en el mencionado país, con información y una posición política muy profunda. Lo compartimos con nuestras lectores y lectoras a modo de continuar fortaleciendo el internacionalismo proletario.
Estos últimos días, Francia está siendo atravesada por revueltas y saqueos. La chispa que ha provocado esto ha sido el asesinato de un joven de 17 años de origen argelino a manos un policía y antiguo militar. Su muerte ha desencadenado una ola de movilizaciones en todas las grandes ciudades francesas. Jóvenes y adolescentes (entre 10 y 20 años) han salido a las calles. Han estallado acciones de saqueo, asalto de edificios públicos y privados, destrucción de coches y vehículos policiales. El levantamiento ha forzado al gobierno a detener al policía que asesinó al joven. Es interesante las quejas de la policía frente a las técnicas de guerrilla urbana empleadas (pequeños grupos que se desplazan y no se enfrentan directamente a la policía), permitiendo una mayor libertad de movimiento a las revueltas. Sin embargo, esto no ha impedido que la policía haya detenido ya a más de 3000 personas. En un plano más político, es el resultado de una política de desintegración del gobierno en Francia y de la proletarización generalizada en la sociedad. Una tendencia, que según nuestro criterio, se reproduce en toda Europa. La particularidad francesa (y británica) es que nos encontramos en situaciones donde la clase esta mezclada con la cuestión racial ligada a las nuevas y antiguas lógicas coloniales.
Los jóvenes que participan en las revueltas y saqueos son mayoritariamente franceses de origen africano. Las respuestas del gobierno han sido desordenadas, sobrepasado por la rapidez con la que las manifestaciones se han desarrollado. El ataque de Macron contra las familias que no controlan a sus hijos ha sido significativo. No solamente se criminaliza a los jóvenes, sino a sus padres. Es una confesión involuntaria del gobierno sobre la fractura que existe en la sociedad francesa, cuando incluso el gobierno pone en duda la institución burguesa familiar…
Algunos sindicatos de policía están llamando a la guerra civil y si bien estas propuestas están siendo rechazadas por el gobierno, son muestra de la tendencia interna de los aparatos policiales franceses. Si el ejército es cada vez más una fuerza policial para mandar al extranjero, la policía se va convirtiendo en fuerza militar para controlar y «conquistar» el territorio interior. El gobierno y diferentes fuerzas políticas han llamado a la paz y al diálogo, utilizando diferentes medios: desde la selección de fútbol de Francia hasta a grupos de hinchas como el del Olympique de Marsella… Lo importante es volver a la calma y al orden burgués.
Según nuestra opinión, nuestro papel como comunistas revolucionarios no puede limitarse a denunciar y protestar sobre los hechos y a insistir sobre las víctimas, ya que muchas organizaciones (desde el reformismo o desde organizaciones religiosas) en Francia ya lo hacen. Una revuelta es un acontecimiento político, pero le falta fuerza si no hay una fracción revolucionaria que la relacione con la lucha de clases (hacia el enfrentamiento con el aparato de poder burgués). Es importante para nosotros como comunistas agitar sobre la importancia de la organización, el rol de la síntesis política (y su programa) y el tejer una asociación real de los comunistas en el seno de la clase (clase entendida no académicamente, sino como fuerza social real, con todas sus contradicciones y diferencias internas).
Esto se traduce en nuestro papel y participación en los sindicatos, asociaciones de barrio, culturales, deportivas, etc… Construir y participar en formas concretas de organización y solidaridad proletarias. Defender la legitimidad de este levantamiento y sus implicaciones políticas, así como comprender las razones de la venganza de una parte de la juventud francesa es imprescindible para todos los que se declaren comunistas. Las fracturas sociales radicales son procesos inevitables en el seno de sociedades que funcionan para el beneficio privado y la explotación del hombre por el hombre.
Los saqueos y la destrucción no implican socialismo, pero si son la muestra de las contradicciones de esta vieja sociedad y la necesidad y urgencia de una nueva.
(1) https://revuesupernova.blogspot.com/