“Que no se genere psicosis en la población por la tarjeta SUBE” expresan desde el gobierno, una cargada mas hacia la población, cuando desde todos los medios de desinformación nos ametrallan anunciando medidas con respecto a esta modalidad de sistema único de boleto electrónico (SUBE). Si en algo se destaca el gobierno de los monopolios es en disfrazar ocurrentemente medidas antipopulares; de esta manera mientras afirman que no estudian un incremento en los boletos de transporte, avanzan despiadadamente con su caballo de Troya para instalar un aumento encubierto.
Filas y filas de usuarios se abalanzaron hacia los puntos de expendio de la tarjetita, tecnológicamente un sistema revolucionario de venta de boletos que agiliza la venta de pasaje, pero nada en este sistema es gratis y nada que sea puesto a disposición de la comercialización trae algún beneficio ni va a resolver las necesidades de nadie como es este caso. Ahora ¿debemos creer que la intención es subsidiar al pasajero, quitarle el subsidio a las empresas y que las mismas dejen de percibir ganancias?
Veamos: cuando se dispusieron a la distribución de millones de tarjetas nos quisieron hacer creer que este era el problema principal de la cadena, cuando en realidad es el puntapié inicial de un gran negocio que comienza a abrocharse, por que nadie dice cómo van a resolver el problema de la carga de tarjetas si todavía no pueden resolver la distribución del plástico, no dicen que los puntos de carga no existen y los pocos que hay son de cupo limitado, un comercio dedicado a la carga de tarjetas no percibe ni un peso por la actividad, solamente el comodato que le representa la posibilidad de venta de otros productos de su comercio gracias a la concurrencia de público que cagará la SUBE en el mismo comercio; o sea que a la compañía SUBE no le representa inversión la carga del plástico.
Lo llamativo son los cupos dispuestos a cada expendedor que es de 4000 pesos diarios, que una vez consumidos los mismos deben solicitar vía mail autorización para acceder a más cupo.
En a lo concerniente al usuario, se dice que se subsidiará al pasajero. Ya vimos el principal escollo que es la carga de la tarjeta… qué le hace creer al gobierno que los trabajadores cuentan con dinero para la carga de las SUBE para todo el mes, cuando el sueldo sólo alcanza para unos días de las necesidades básicas y después se debe raspar el tarro para llegar a fin de mes. Quizás solo puedan subsidiar 30 o 40 pesos que los trabajadores dispongan de lo que le quede del sueldo después de pagar todas las deudas y compromisos y dar de comer a sus hijos por supuesto.
Otro punto es que una vez que todos contemos con la tarjetita, el proyecto consiste en que la AFIP a través de su banco de datos evalúe quien será beneficiario del subsidio; eso quiere decir -como es de esperar del gobierno de los monopolios- que arbitrariamente han de fijar un tope de ingresos sobre el cual dictaminarán la subvención.
Otra cuestión oculta es el 7% que el SUBE retiene por cargos operativos de la recaudación, nadie explica nada o mejor dicho todos se hacen los boludos para no decir las cosas como son. No olvidemos el papelón del traspaso al gobierno de la ciudad de la red de subterráneos, el cual tubo que aplicar instantáneamente un aumento de boletos por no contar con los fondos del subsidio que le retaceó Nación. La realidad es que hoy sabemos que se trataba del tema de los subsidios, que consistía concretamente en llevar los precios a un valor virtual que en realidad igual nos sacaron por otras vías para derivarlos siempre a las necesidades de las empresas.
Como las necesidades de los monopolios y la oligarquía financiera recrudecen, buscan la forma de materializar el ajuste a un pueblo como sea, y como se encuentran con una clase obrera que no está dispuesta a seguir pagando la fiesta burguesa, generaron la psicosis para que todos salieran tras las tarjetas SUBE y materializar el aumento de boletos y la liberación de las tarifas.
Ellos no pueden ni quieren decirlo, pero nosotros sí, porque no necesitamos eufemismos para decir los que ellos son y que esto representa parte del plan de ajuste que pretenden ocultar.
Hay otros detalles relacionados a este proceso comercial que ya comienza a tener mucha tela para cortar, como la intervención del Estado de los monopolios en las economías de las empresas, etc.; pero lo de fondo es que no ya pueden ocultar más sus verdaderas intenciones antinacionales y antipopulares, de “sintonía fina” y munición gruesa contra el pueblo.