• Si le preguntáramos a los habitantes de la ciudad de Buenos Aires sobre las inundaciones, seguramente la respuesta sería que desde hace décadas la ciudad se inunda cuando hay sudestada. Los barrios situados sobre la cuenca del Maldonado y aledaños al río siempre resultaron afectados; nos referimos, por ejemplo, a Palermo, Belgrano, Nuñez, Villa Crespo; más atrás en la historia, La Boca, Barracas, Pompeya. Es decir, que nos estamos refiriendo a un problema crónico que sucesivos gobiernos no se han encargado de resolver, sino más bien de agravar.
El último temporal inundó zonas como La Paternal, Parque Centenario, Caballito, Flores, Boedo, Almagro, Abasto. Lo dicho: no sólo se siguen inundando los barrios de siempre, sino que ahora son más barrios los perjudicados por las inundaciones, los cortes de luz, del suministro de agua corriente, etc.
Ahora hay que escuchar excusas como que llegó el Niño, que cae mucha cantidad de agua en poco tiempo, que esto nos pasa porque no se saca la basura a horario... Sumado a todas las pavadas que se dicen, viene la ofensa de ofrecer una indemnización de $ 5.000 (!!!) a los vecinos que han perdido mucho más, sus muebles, sus mercaderías, sus autos, etc.
Llamemos a las cosas por su nombre. El actual gobierno de Mauricio Macri, igual que los anteriores, son los responsables de un crecimiento explosivo de la ciudad con el único fin de alimentar la especulación inmobiliaria, sin realizar la más mínima obra de infraestructura que acompañara ese crecimiento. Buenos Aires cuenta con un sistema de cloacas y de pluviales construido en las primeras décadas del siglo XX, cuando en la ciudad vivían 1.500.000 personas y hoy esa cifra asciende a más de 3.000.000 de habitantes. No nos tapa sólo el agua. Literalmente, nos tapa la mierda, como pudo verse en los sótanos de los edificios y en los testimonios de los vecinos afectados.
Por lo tanto ningún plan, ninguna previsión, sólo el afán por la ganancia rápida y fácil. El único perjudicado, como siempre, nosotros, el pueblo. El pueblo que, en los barrios que se han inundado, ha denunciado y ha luchado contra las construcciones desmedidas, en muchos casos aprobadas con coimas y por lo tanto, carentes de absoluta validez.
Ese mismo pueblo, que en la mayoría de los barrios reunió a los vecinos, y se hizo cargo del problema y se lo puso al hombro, y empezó a socorrer a los que peor estaban, limpiando las calles, sacando agua de adentro de casas y edificios, remolcando vehículos y un sinnúmero de otras tareas de “salvataje” que buscaron paliar esta grave situación.
Ese mismo pueblo que hoy salió a luchar y a reclamar por los cortes de luz y la inundación, autoconvocándose, como única manera de ser escuchado; cortando la Av. Corrientes y la Av. Gaona en diferentes puntos, y arremetiendo y destruyendo un local de EDESUR, acción que buscó ser impedida por la policía -que no ahorró palos contra los vecinos-, pero que no logró detenerlos ni amedrentarlos
Gobernantes y funcionarios corruptos, empresas a las que sólo le importa la ganancia, todos incapaces de dar la más mínima solución seria a los problemas reales de la población, deben tener cuidado.
La corriente se les volverá en contra y el agua y los excrementos los terminarán tapando y echando por la cloaca.