Bajo la superficie, de los ya despojos producidos por el huracán de la lucha y movilización nacional de todo el pueblo contra la mega minería, de la política autoritaria de la burguesía, continúa, sin pausa – más allá del receso vacacional y paradas de planta para la actualizaron tecnológica – la lucha, la preparación de fuerzas y organización del proletariado para afrontar la nueva etapa de lucha de clases.
La generalizada demanda por salario, el rechazo al impuesto a la ganancia que se traga toda mejora salarial, el rechazo -organizado y espontáneo- a las horas extras y al trabajo de sábados y domingos, el rechazo sistemático a todo despido junto a la cotidiana lucha por la dignidad se profundizan y generalizan en todo el territorio.
Ejemplo de estos son el pago de la totalidad de los trabajadores petroleros de los días caídos producto del paro y bloqueo del acceso a los pozos de producción por parte de los supervisores y los trabajadores petroleros de la UOCRA y sus conquistas el pasado mes de enero. El triunfo de los camioneros de GAMUSI. La reincorporación de 20 despedidos luego de la toma y bloqueo por más de una semana por reclamos de salario de Aqualic en la ciudad de Centenario (Neuquén). Los nuevos violentos enfrentamientos, en Tartagal, de los petroleros por los históricos reclamos no resueltos. La actual toma de la planta industrial de Puerto Madryn y paralización de la totalidad de la flota pesquera por parte los marineros que integran la flota de mar de Alpesca que comenzaron un plan de lucha en reclamo del pago de una mejora salarial del 30 %.
Este conjunto de situaciones son apenas lo que sale a flote del caldo donde se condimentan los próximos enfrentamientos clasistas que ya hace vacilar, dividir, y debilitar aún más, toda iniciativa de la burguesía y sus gobiernos.
La clase obrera y el pueblo junto a sus nuevas vanguardias prometen a la burguesía un marzo caliente contra sus políticas de entrega y salvaje ajuste.