El descontento y las luchas los obligan

Mientras la CGT acaba de declarar que va a «luchar» por un aumento salarial de entre el 17% y el 23%, la oposición al gobierno, con su vocero Duhalde lanza la idea de sacar el ejército a las calles para «atacar la inseguridad».

Dos posiciones políticas que expresan la debilidad que tiene el poder para prevenir lo que se viene. No tienen mentiras disponibles y deben salir a decir estas cosas.
Por un lado un acuerdo salarial en esas cifras es insultante, la CGT siendo una institución de los monopolios juega sus cartas y se lanza al ruedo como si no hubiera toro.

Duhalde, como buen burgués obligado por la presión de la lucha de clases y la crisis política de su clase, sale a mostrar su verdadero rostro y advierte a toda la burguesía que hay que preparar la represión.

Están acorralados

No tengamos duda que en el actual contexto social y económico éstas propuestas de la burguesía la hundirán más en el pozo del descrédito ante la población. Para imponer salarios de miseria y prepararse para reprimir se necesita un aval político del pueblo, una base ancha necesaria para ejecutar tamañas barbaridades. La impotencia de fracasar en sus intentos de engaño no los dejan en paz y entonces estas propuestas resultan defensivas. Saben que el agua los está ahogando y son conscientes de que esto los hunde más.

Las fuerzas armadas son las instituciones de la burguesía para defender los intereses del Estado monopólico, no importa de qué se disfracen, están para ello, pero para sacarlas a las calles se necesita algo más que hacer sonar un pito, y eso no se resuelve con declaraciones.
Nada de lo que declaren pasará. Y todo lo que declaren les irá en contra, desatarán debates interminables entre ellos mismos que agudizarán más sus crisis políticas.

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