El Sr. Héctor Recalde, diputado nacional del FPV y asesor letrado de la CGT, hace unos días planteó la “brillante” idea de que se implementen los aumentos salariales haciendo participar en las ganancias a los trabajadores. Una verdadera perlita este planteo, que deja con el traste al aire varias cuestiones. En primer lugar, la esencia del capitalismo es la explotación del hombre por el hombre. Pero, amén de esto, siguiendo con su lenguaje, todos sabemos que en primer lugar las empresas se manejan por porcentajes; empresas que en su mayoría son multinacionales y por lo tanto sus balances son globales; y cuanto hablan de costos, la mayoría de insumos que ellos consumen son de empresas propias o subsidiarias, donde las mismas multinacionales fijan los costos. Es el caso de la industria automotriz con las autopartistas. Ni hablar de las industrias alimenticias o las cerealeras que son dueñas desde los químicos, las semillas, los agroquímicos, y la elaboración de las materias primas. Falta decir simplemente que son los fijadores de precios en el mercado. Léase, los bienes necesarios que el pueblo trabajador consume para reponer su fuerza de trabajo.
Pero, Sr. Recalde, acaso Ud. también está proponiendo que tengamos participación los trabajadores en las tasas de interés que cobran los bancos? O de quién cree que son los bancos, Sr. Recalde? O Ud. se va a desayunar ahora que vivimos en el tiempo de la oligarquía financiera que no es otra cosa que la unidad intrínseca entre el capital bancario y el capital industrial? De quién cree que son las Aseguradoras de Riesgo? De dónde cree que se conformaron las ART? En última instancia, con qué ganancias piensa que se constituyen los grandes grupos económicos y la reproducción del capital?
Lo que se olvidó este señor es que la esencia de la ganancia en una fábrica es el tiempo de trabajo no remunerado al obrero de donde sale la plusvalía capitalista, que no es otra cosa más que la ganancia.
Lo que pasa es que en realidad este Sr. es un alcahuete de los monopolios y su función es el arte de la mentira. No sólo no tiene razón, ni tampoco el valor ni la hombría para plantear que lo que él quiere decir es que los salarios se aumenten de acuerdo a la productividad (lo mismo que planteaba Menem-Cavallo) donde la empresa acordaría con los sindicatos traidores que a un tanto porciento X de aumento de la productividad se incrementaría el salario. Algo así como un burro corriendo atrás de una zanahoria, es decir, que el obrero se rompa más el lomo para tratar de llevar un pedacito más de pan a la casa engordando muchísimo más aún la ganancia del patrón.
Lisa y llanamente, el asesor letrado de la CGT y diputado kirchnerista, en el marco de una discusión salarial, está proponiendo mecanismos de mayor súper explotación.
Y para rematarla, se olvida de una cuestión sustancial en todo este tema: ¿Y el impuesto a la ganancia al salario, dónde queda? Porque si Ud. plantea que el obrero debe participar en las ganancias presupone que el salario no es ganancia. ¿O estamos equivocados, Sr. Recalde?