Las diversas manifestaciones y enfrentamientos de los agentes del sistema de salud, cotidianamente expresan las contradicciones insalvables entre dos clases antagónicas; la de los representantes del modelo monopolista contra los trabajadores y la población en general.
Los medios periodísticos, por indiferencia, por complicidad y otras yerbas, no reflejan más que expresiones mediáticas de éstos.
La violencia implícita y explícita en la mercantilización del derecho a la salud, tanto en el sistema de salud pública como privada, nos atraviesa a todos por igual.
Ramón, un técnico radiólogo tiene que trabajar más de 12 horas para ganar 1.200 pesos, y muchas veces no tienen ni la protección de plomo o la misma está vencida, “yo, sólo tengo 26 años, está bien que quizás porque soy nuevo tenga que ganar poco, pero cuánto tiempo puedo durar en estas condiciones, nosotros los técnicos sabemos las consecuencias de la radiación, esas cosas son las primeras que nos enseñan”…
“Las consecuencias del hambre son para toda la vida”, dice Viviana, joven de 30 años, que pesa 37 kilos y vive en un asentamiento de nuestra ciudad. Reflexiona y recuerda, que no tenía ganas, ni fuerzas y muchas veces se dormía en la escuela, por lo tanto decidió abandonarla. Aún hoy, siente las secuelas; se mira al espejo antes de salir a trabajar en servicios domésticos y sabe que el “cuerpo y la cabeza no aguantan” más que unas pocas horas.
Nora y Guillermo, dos médicos residentes del hospital pasan la vida dentro del mismo sin dormir durante días, “cometemos muchos errores, la facultad, no te prepara para trabajar con seres humanos, sí nos prepara para trabajar con cadáveres y enfermedades, llega un momento que el cansancio te supera, cometés más y más errores y te insensibilizás”
No sólo el estómago vacío sino la existencia humana misma la han vaciado quienes debieron promover las políticas de salud adecuadas para que, como ser humano se pueda elegir y vivir con dignidad.
Lo demuestran, la venta incrementada de fármacos y la disposición de los profesionales hacia las especializaciones de la Medicina; sigue brillando la falta, la irresponsabilidad, el desinterés hacia el auténtico significado de Salud para el ser humano.
Los grandes laboratorios, los ministros de salud y los investigadores, continúan sin encontrar los remedios para combatir las dolencias que ocasiona el monstruo de mil cabezas del Modelo Capitalista Monopolista, que pone corporativamente la ganancia por encima del valor a la vida.
La única forma de recuperar el poder es tomándolo, es la Autoconvocatoria.
La autoconvocatoria revolucionaria que alimentamos en cada sector, en cada aérea, en cada ser humano, es Humana y es Sana.
Así lo vino desarrollando el grupo de Autoconvocados de Salud en el Chaco, peleando por muchos de los derechos de los trabajadores, de los pacientes, para lograrlo sólo sirve la lucha y la unidad.
Es un movimiento que nos conduce hacia la autonomía, la necesaria, cada vez que sentimos las injusticias sociales, políticas e institucionales que padecemos a flor de piel y en lo más íntimo de nuestro espíritu, salimos a pelear nuevamente.
Entendemos que sólo la Autoconvocatoria Colectiva, nos devolverá el sentido de la clase, de los deseos para luchar contra la clase de los mandatos que nos imponen. Con este horizonte, la lucha es Salud.