En Fontana está enclavado el asentamiento de la etnia Qom (Tobas para los blancos) denominado Cacique Pelayo, en una comunidad pobre. Ellos son más pobres y en este sistema los pobres son discriminados. Por esos al escaparse algunos presos de la comisaría de la localidad, y dos oriundos de ese lugar, la policía va al barrio a buscarlos, pero lejos de hacer un trabajo de inteligencia, hacen lo que mejor saben hacer, levantar a los más jóvenes, meterlos presos, para atemorizarlos además de “molerlos a palo para que hablen, que canten donde están los prófugos”. Práctica habitual de la “ley y el orden” por estos lugares.
Los vecinos muchas veces recibieron este tipo de atropello, muchas veces intentaron organizarse y resistir este tipo de injusticia, pero por uno u otros motivos no lo lograban. Esta vez la arbitrariedad de estos actos fue desmesurada y superó la barrera de tolerancia, que es elevada en los hermanos originarios; pero así como son muy pacientes y tolerantes, también son muy firmes, y cuando se juntaron, marcharon y fueron a rodear la comisaría, no se iban a mover hasta que suelten a todos los presos del barrio sin ninguna causa.
Fueron más de 400 vecinos, hombres, mujeres, jóvenes y ancianos, todos con un solo clamor, suelten a nuestros hijos. Toda la comisaría rodeada, todos mansos, tranquilos, pero también saben que cuando se mueven…
Aparecieron refuerzos de otras comisarías, la infantería y el COE (Cuerpo de Operaciones Especiales), pero nadie logro amedrentarlos, hacerlos retroceder ni un centímetro. Llamaron al IDACH (Instituto del aborigen Chaqueño), que supuestamente los representa, a los derechos humanos, a los que los hicieron tener vergüenza cuando les dijeron: “nosotros también somos humanos” “o ¿a nosotros se nos puede pegar, encarcelar, putear sin ningún problema?”. Tuvieron que venir los candidatos a intendentes de ambos partidos mayoritarios a interceder que no los iban a tocar a ninguno, (aparte de que en estos días necesitan de sus votos).
A las 24 horas llegó un fiscal, con el subsecretario de gobierno, se liberó a todos los presos del Cacique Pelayo, y la totalidad de los vecinos del mismo, se retiraron en la oscura noche, como llegaron prácticamente sin ser percibidos.
Ningún medio dio cuenta de este acontecimiento, pero en el barrio, existe una sensación de triunfo, todos sonríen cuentan el hecho y dicen: “ahorita van a pensar un poquito estos canas antes de levantar alguien del barrio”. Esta, como miles de pequeñas experiencias, son las que jalonan nuestro camino a transitar: AUTOCONVOCATORIA (lo lograron en esta comunidad que posee varios caciques y un historial de desuniones), UNIDAD (no dudaron dejar de lado viejas rencillas y rivalidades), y FIRMEZA.