Una desfachatada ilustración

El Senador Urquía, dueño de Aceitera General Deheza, es una mínima expresión y una de las más desfachatadas  ilustraciones de cómo una institución del Estado, el Senado de la Nación, se la fue apoderando  un sector de los monopolios.

Veamos: Este día lunes el principal aliado del gobierno, con el peso del control político del Estado a sus espaldas, el sector ligado a la agro-alimentación, tuvo que depositar 600 millones de dólares en conceptos de multa por artilugios hechos en el año 2007.  En pocas palabras, un fraude apañado por el gobierno en aquel entonces que encubrió, desde la legalidad del sistema, una estafa al fisco de carácter  monumental. ¿Quiénes estuvieron detrás de ello?  Bunge , Aceitera General Deheza, Cargil, Molinos Rio de la Plata, Vincentín, Dreyfus y ACA entre otras 53 imputadas.

En un principio, el reclamo era de 1.900 millones de dólares, pero la “ley” y siempre la “ley” cuyo” dueño” es el señor Senador Urquía entre otros, la achicó a 600 millones y así y todo ese monto el lunes no se pagó.  Además las cerealeras en ese período se quedaron con las retenciones hechas a los productores por un monto de 1.169 millones de dólares.

Por estos días el gobierno de la oligarquía financiera  necesita los dólares y el reclamo de este lunes, mísero si se compara con las facturaciones realizadas, provocó una crisis  política de envergadura en el seno del ejecutivo nacional soslayada por la prensa oficial y opositora. En el proceso de concentración y centralización recrudece la puja intermonopólica.

La empresa Bunge facturó 58.743 millones de dólares, un 57% más que en el 2007. El negocio abarca: azúcar y bioenergía, alimentos y fertilizantes.

Hasta aquí una información con cifras reales. ¿Pero, que hay detrás de todo ello? Hasta el 2007 la lucha de nuestro pueblo afianzaba una metodología de lucha, la autoconvocatoria. La concentración de la economía se realizó bajo el fuego de la lucha en todos los órdenes. En el 2012 los 600 millones que el lunes se reclamaron, se da en un contexto de más lucha autoconvocada y cuando nuestro pueblo comienza a ver en ellas sus propias instituciones al Gobierno de los monopolios todo se le hace más difícil de llevar adelante. Por arriba no se ponen de acuerdo Echegaray de la AFIP con los controladores portuarios y la decisión de las cerealeras de no liquidar dólares.

Por otro lado el proyecto revolucionario comienza a tener visos reales de poder ejecutarlo cuando las disputas intermonopólicas nos ponen sobre la mesa la cantidad de recursos que se están exportando como capitales en función de cada vez más sectores concentrados a nivel planetario. Un Senador  (Urquía) presidente de una empresa monopólica marca hasta qué punto esa institución está repodrida. Imaginemos cómo, desde las instituciones que el pueblo va creando desde la lucha y que mañana serán poder, cambiaría el rumbo de la sociedad.  Sin ninguna duda y con los recursos humanos que contamos se podrían crear las bases para la solución de problemas apremiantes como la alimentación en un breve periodo de tiempo. Comenzaríamos a producir en función de las necesidades humanas y no del negocio, alentando la amistad del hombre con la naturaleza y como parte de ella.

 

 

 

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