EGIPTO Y TÚNEZ DE LA MANO DEL PROLETARIADO, FLORECE MÁS QUE NUNCA LA PRIMAVERA ÁRABE

El proceso de la lucha de la clase obrera y el pueblo en los países árabes iniciada años atrás y conocida como “la primavera árabe”, lejos de aplacarse luego de la caída de las tiranías en Egipto y Túnez, renacen con una fuerza mayor que indican a todas luces que la ofensiva desatada no ha cesado sino por el contrario, adquiere una calidad política donde el proletariado reafirma su papel en la lucha por la revolución.

En Egipto, luego de dos semanas de protestas y huelgas en contra de las medidas que el gobierno de Mohamed Mursi intentó implementar con el único afán de llevar adelante un decreto que ampliaba y blindaba sus poderes, pretendiendo instalar, luego de las elecciones, una nueva autocracia, la clase obrera y el pueblo en dos intensas semanas de protestas lo hicieron retroceder y desistir de su objetivo. Primero cayó la tiranía, y la burguesía monopolista, montada sobre la hermandad musulmana pretendiendo lavarle la cara a sus objetivos insertos en los planes globales de los monopolios, necesitaba imperiosamente adecuar su superestructura jurídica y política para tratar de frenar las luchas por las conquistas en cuyo ejercicio se afianzan las fuerzas de la revolución. Pero, la correlación de fuerzas y el ímpetu de los trabajadores y el pueblo en general no los deja gobernar como ellos pretenden y necesitan, lo cual les dificulta la dominación.

En Túnez, las aguas no están menos revueltas. Se retomaron las consignas que se coreaban en el 2011 contra el dictador Ben Alí. Nuevamente el movimiento obrero revolucionario tunecino acusa al gobierno islamista de no responder a los reclamos y de intentar afianzar el poder en sectores religiosos, que constituyó la fascista Liga de Protección de la Revolución (bandas fanatizadas musulmanas) que juegan el papel de grupos de choque fundamentalmente contra la clase obrera.

Días pasados, los trabajadores, conmemorando el aniversario de un dirigente obrero muerto hace 60 años, fueron atacados por esta Liga, lo que hizo explotar a los trabajadores y se decretó un paro total para el 13 de diciembre exigiendo el desmantelamiento de dicha Liga.

Estas luchas, como otras que se están dando en Libia y en Argelia, explican en cierta medida también por qué el afán de las potencias imperialistas de impulsar asonadas militares como las de Israel por el temor que implica la revuelta de los pueblos, que a diferencia de otras épocas en esa región, hoy tienen un alto contenido clasista proletario. Si a esto lo enmarcamos en las luchas obreras de España, Francia, Portugal, Grecia y en muchos de los llamados países del este, nos brinda un semblante del extraordinario papel que comienza a jugar el proletariado en el mundo. Esto es importantísimo que lo conozca, a pesar del silencio de la prensa mundial y nacional, nuestra clase obrera, pues no es que son tan diferentes los capitales a los que se enfrentan los trabajadores de nuestro país con los trabajadores de esos países. Los monopolios que gobiernan aquí están instalados en todo el planeta. La clase obrera también es la misma en todo el planeta.

Es por ello que la primavera árabe hoy reluce con más flores que nunca.

Compartí este artículo