No son errores de los gobiernos, no son ausencias de Estado, son políticas de Estado en favor de la clase que sustenta el Estado

La existencia de un agravamiento en las condiciones de vida lo entendemos también por los acontecimientos vividos en estos días. No solo ya el salario no alcanza a resolver los problemas más básicos de la vida, ya no solo la superexplotación y opresión a la que estamos sometidos son parte de la vida cotidiana. Padecemos el accionar de un Estado, que perteneciendo a unos pocos decide todas sus políticas en función de sus propios intereses, son ellos: la burguesía monopolista y todo el coro de funcionarios del Estado expresados en las instituciones, caracterizados y con razón de corruptos, ineptos, mafiosos y alcahuetes de los grandes capitales.

En estos días El Estado no estuvo ausente, el Estado estuvo bien presente, este es el Estado de los monopolios, no es otra cosa, el sistema capitalista erige Estados bien presentes que gobiernan para una burguesía monopolista, con ciertos pies en Argentina y dentro de un mundo globalizado cuyo base fundamental es el Capitalismo monopolista de Estado.

Estos gobiernos que no se preocuparon por prevenir catástrofes climáticas o posteriores e inmediatas políticas de protección a la población afectada, son gobiernos que se rigen por el Estado de los monopolios en donde la vida del ser humano está dentro de la ley de ellos que es todo se vende todo se compra. No son errores de los gobiernos, no son ausencias de Estado, son políticas de Estado de fuerte presencia a favor de la clase que sustenta el Estado.

Sobre la base de esta idea central más allá de cualquier maquillaje que se quiera hacer, esta será la conducta política de la oligarquía financiera sobre el Estado y reafirmará la idea existente en el pueblo de que solo la lucha le irá imprimiendo un freno a todo atropello.

Es en este sentido de pensamiento que el agravamiento en las condiciones de vida en esta época histórica irá acompañada de una mayor virulencia de la lucha de clases, los pueblos en general y el nuestro en particular llevan muchos años luchando, experimentando y conquistando  bajo una cotidiana movilización y deliberación contra los intereses de los monopolios y de sus gobiernos.

Por estos meses las luchas de un contenido autoconvocado, que se generalizan y expanden en todo el territorio nacional, van encontrando formas organizativas que expresan lo nuevo, lo que comienza a aparecer aquí y allá, son fuerzas de la clase obrera, de asalariados no proletarios, de comunidades educativas, de pueblos originarios, de barriadas populares, que en esas luchas con metodologías autoconvocadas se van erigiendo en organizaciones de base y de poder. Es decir ya no solo se lucha sino que comienza a expandirse la idea de constituirse en fuerzas de poder por sobre todas las instituciones del Estado de los monopolios.

En los hechos de ayer, la solidaridad de todo el pueblo por sus compatriotas afectados, muestran hasta qué punto existe un potencial humano que será la base de constitución de fuerzas movilizadas empujando por cambios radicales.

El Estado de los monopolios y sus gobiernos tienen que ser corridos de la escena para dar paso a un nuevo Estado Revolucionario y de todo el pueblo erigido sobre las bases que hoy se están creando que son esas fuerzas embrionarias que aparecen representando el interés del pueblo y forjadas en la lucha por conquistas económicas y políticas. Sin considerarlo como un rótulo es necesario afianzar los comités de base que se están desarrollando en las fábricas y otros lugares con diversidad de formas.  Los comités de base son puntos de encuentro que están permitiendo avanzar en la unidad en la lucha con una democracia revolucionaria que conlleva la experiencia autoconvocada. Estamos hablando de la democracia directa y de un estado asambleario permanente que se vaya erigiendo en una fuerza de poder popular. Órganos de poder.

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