Tres (…y otras) “joyitas” de la burguesía en una jornada (…es mucho)

El llamado al paro sin movilización de Moyano y Barrionuevo, el tarifazo vergonzante anunciado por De Vido y Kicilof  y, por supuesto, el discurso de la presidente anunciando lisa y llanamente los subsidios a los monopolios es una alta dosis de mamarrachos del la burguesía (no nos olvidamos del proyecto para reglamentar los piquetes).

Veamos:

Llamar al paro y no movilizar es advertir a todo el poder que ésta es una medida obligatoria frente a la fuerte lucha de nuestro pueblo para intentar servir de colchón a un estado de ánimo caldeado en todos los asalariados. Un paro dominguero porque saben que fomentar la movilización en la calle implica elevar el potencial de enfrentamiento de lo que está latiendo en la bronca de cada trabajador.

Por otro lado el gobierno de los monopolios debe dar continuidad a los negocios, en ese marco anunció dos curiosos tarifazos, al consumo de agua y al consumo de gas. Supieron y no se animaron a anunciar por ejemplo el tarifazo  en el consumo eléctrico. El marco de lucha de todo el pueblo los condiciona, los atemoriza. Muy lejos quedaron las frases de Menem cuando planteó: “ramal que para, ramal que se cierra” el gobierno aplica las medidas para ampliar sus negocios en aguas turbulentas, decenas de miles de trabajadores por estas horas están en las calles, la fuerza y el poder que va adquiriendo este contexto deliberativo los condiciona y entorpece constantemente. En esos momentos miles de compatriotas estaban en las calles de Resistencia reclamando por lo suyo.

El cierre de la jornada lo dio la presidente. Un discurso lastimoso de una burguesía harapienta. Anunció y sin sonrojarse y por supuesto tratándonos a todos los argentinos de poco menos de idiotas de los subsidios a la industria como un logro de todos los trabajadores (y lo remarcó) para el impulso de los Parques Industriales. Desde ya saludó con énfasis la inauguración de una nueva planta de acero para la producción automotriz y otras yerbas. Una señora que no se ubicó, no lo puede hacer fácilmente, la lucha de clases es implacable y nadie le dijo que no dijera lo que dijo. No se puede hablar de subsidios  a los monopolios cuando anuncian sacar el subsidio al agua y al gas a las familias trabajadoras.

Las cosas están dadas de esta forma y ayer fue una muestra más contundente de lo que vendrá.

Por un lado el gobierno de los monopolios, la “oposición” y todas las instituciones que pertenecen al Estado intentando llevar adelante su razón de ser de su clase, negocios y más negocios a costa del dolor del pueblo, por otro lado la incesante demostración de los asalariados peleando por sus reivindicaciones e incorporando en esos enfrentamientos acciones muy precisas que sobrepasan inmediatamente el marco institucional burgués y se van tiñendo de metodologías revolucionarias. En la jornada de ayer los tres hechos de la burguesía volvieron a ser reflejo condicionado por el hecho de que el pueblo está en la calle y en que más allá de las bravuconadas supieron entender, que sus discursos están determinados por lo que el pueblo hace.

La lucha de clases se intensificará y el paro dominguero se lo transformaremos en hogueras en cada lugar impulsando la lucha activa, la movilización en el terreno fértil en donde el aparato empresario-sindical flaquea.

A los tarifazos se le está respondiendo con exigencias de aumentos salariales en todos los sectores, cada paso que intenten dar lo harán, porque así son sus negocios pero  en un marco cada vez más hostil y  que engendrará más indignación popular.

Y a cada discurso de la señora presidente, simplemente decirle, (porque no da para más), que la lucha de clases expone al “líder” burgués al filo del ridículo, liderando a una clase por demás rasgada por la lucha constante de todo el pueblo.

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