Hacía falta un triunfo político de magnitud de la clase obrera y de los trabajadores – Se actuó como clase

26-11-14 Cristina: ¿Cómo hacemos si bajamos los impuestos?

01-12-14 Capitanich: «Filsóficamente corresponde» (Cobrar ganancias).

01-12-14 Kicillof: Ganancias es un «aporte solidario de los trabajadores»

Tres frases en pocos días que marcan a fuego la crisis política del poder burgués.

El anuncio de la presidenta C. Kirchner de eximir del pago del impuesto a las ganancias al medio aguinaldo es un triunfo político de la clase obrera y de todos los trabajadores.

Empezamos por ésta síntesis ya que  la lucha por el impuesto a las ganancias, que en realidad es un impuesto al trabajo, es uno de los ejes fundamentales por donde las clase obrera ha sabido enfrentar las políticas del Estado monopólico y en ese camino de movilización, lucha y  enfrentamiento, se ha elevado en forma constante y permanente la organización y las metodologías revolucionarias dando aire a la asamblea autoconvocada que usó para sus fines todos los aparatos burocráticos a su alcance pero ejerció en definitiva el poder de las mayorías en esas batallas cotidianas que ningún medio del poder ha mencionado jamás.

El anuncio presidencial tiene importancia en el sentido revolucionario porque hacía falta un triunfo político de esta magnitud en donde las clases enfrentadas dirimieran algo más que un factor económico.

Al día siguiente del anuncio todo el arco burgués se regocijó del anuncio, no era para menos, el aliento en la nuca, anunciando grandes batallas clasistas obligó a dar un paso atrás significativo en la política del gobierno de los monopolios.

“Sólo el tiempo dirá y será sabio en su espera” para valorar este triunfo asentado en años de enfrentamientos, de idas y venidas en la acción de clase, de identificarse como clase cuando se transita una nueva calidad de transformar cada lucha en una conquista política.

Hacía falta un triunfo clasista de esta magnitud. Esta vez se pudo torcer el brazo, hasta aquí el poder de la burguesía sentía el aliento en la nuca de innumerables luchas,  se tuvo que subordinar y estar atento a la bronca de abajo, pero lo fundamental de este paso es que se actuó como clase, en un sentido único de triunfar en el plano político. Y eso es lo que todo el arco burgués ha sentido y se abroqueló al no “soportar” sobre sus espaldas el peso específico de una clase que ha dado signos muy claros de actuar como clase.

Tras el anuncio presidencial la prensa burguesa valora “el diálogo” del gobierno y la “responsabilidad de los gremios” en la disputa entre “caballeros” por ganancias. Para ellos la clase enfrentada no aparece, no se la menciona.

Pero saben y lo presienten que la acción de la  clase obrera no termina con una medida que tiran para atrás la idea de cobrar impuesto a las ganancias en el aguinaldo de este fin de año. Saben que ésta es una derrota política a la vez que victoria para la clase obrera quien con ello alentará a profundizar todos los caminos de lucha, organización y metodologías que superan de hecho a las instituciones del poder burgués.

Hubo  muchos triunfos grandes y pequeños, hubo que atravesar conflictos con derrotas temporales, despidos, suspensiones, hubo y habrá estos vaivenes entre fuerzas clasistas enfrentadas, se seguirá experimentando, sin duda alguna, sin embargo este triunfo expresa un cierto grado de acumulación de fuerzas políticas y orgánicas que se expresó suficientemente aún en el terreno de amenaza. Una clase obrera que en éstas circunstancias, habiendo logrado un triunfo de esta magnitud, está advirtiendo al poder burgués que irá por más profundizando ese enfrentamiento declarado en el plano político y en el cual los revolucionarios tendremos que dirigir el timón a una fuerte acumulación de fuerzas que comience a decidir ese triunfo político hacia la lucha por el poder y el cambio revolucionario.

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