Los comienzos de los últimos años se caracterizaron por ser algo más tranquilos que los fines de años de los mismos. Serán las vacaciones, el ánimo festivo y familiar, el agotamiento físico y mental de la mayoría del pueblo trabajador, en fin, muchos factores que hacen a esta particular situación en un momento puntual de nuestras vidas. Este 2015 se presentó de manera distinta, ni peor ni mejor, solamente distinta. También son varios los factores que hacen a este cambio, pero creemos que dos son fundamentales. Primero la decadencia mundial del capitalismo que cada vez e irremediablemente no tiene ya soluciones a la dignidad de los pueblos. Y en segundo lugar, algo más particular, la aparición en la escena política de la clase obrera Argentina y, desde ya, en el planeta entero.
Así se presentó el año pasado y sobre todo en el último trimestre. Metalúrgicos de Aluar, petroleros del Sur, obreros autopartistas de Córdoba, petroquímicos de Zárate, obreros de Acindar en Villa Constitución y miles de luchas que no han trascendido en los medios de comunicación de la burguesía pero que los han carcomido en sus cimientos. Los monopolios necesitan mayor ajuste, más explotación y encuentran un freno en sus ambiciones porque la clase obrera está dispuesta, desde el enfrenamiento directo, a ponerles un freno.
Ellos saben que se avecinan nuevos conflictos, que pegado al comienzo de año se viene una lucha salarial, una reapertura de lo que ellos denominan “paritarias” pero que traducido en términos criollos es la necesidad material de incrementar nuestros ingresos. Así es que bien pegado a fin de año se da el conflicto de Acindar y ni bien comenzado el 2015 se da un conflicto de parecidas características en Siderca, Zárate, donde los obreros del sector acería paran por el despido de un compañero que pertenecía a una empresa contratista, todo decidido desde la asamblea. Sirven como ejemplos pero son la moneda corriente de lo que está pasando en estos primeros diez días del año y todo lo que está por venir. Sumado a eso y embarrando más aún la cancha a la oligarquía financiera 24.000 obreros de las automotrices Mercedes Benz y Volkswagen en Brasil, pararon esta semana por la reincorporación de 1044 obreros despedidos (los 800 de VW ya fueron reincorporados y los 244 de MB están todavía hoy en conflicto) y como perlita citamos unas palabras de Arciatto, portavoz de VW, “la empresa buscó negociar con el sindicato de Metalúrgicos, pero la propuesta acordada fue rechazada por los trabajadores. Ante este panorama tuvimos que tomar medidas, entre ellas despedir a 800 trabajadores”. Lindo paso atrás tuvieron que dar empresas y sindicatos.
Dadas así las cosas reafirmamos que la labor fundamental de los revolucionarios es la de masificar las ideas de la revolución, de la toma del poder y de que es posible un mundo mejor poniendo al hombre como actor fundamental. El terreno es fértil y los anhelos de una vida digna, de la clase obrera y del pueblo en su conjunto, sólo se resuelven con más lucha y que esa lucha trace los caminos hacia la revolución.