¿Quién se preocupa por los pueblos originarios?

Ríos de tinta se ha escrito con respecto al problema aborigen, al problema de los pueblos originarios. La cuestión es hablar por hablar, desde lejos, sin preocuparse por la realidad de los seres humanos que necesitan soluciones urgentes. Aparecen diagnósticos y lecturas muy profundas, pero nada de acciones concretas que lleven algo de dignidad a las comunidades más pobres de nuestro pueblo.

Para la burguesía monopólica que domina nuestra sociedad, los pueblos originarios son una preocupación para sus negocios. Los manipulan, los explotan, los matan si es necesario para obtener más dinero. Ahora están pendientes de las condiciones de vida de los niños y ancianos aborígenes, pura hipocresía. La “aparición” del niño de 7 años que murió desnutrido y con tuberculosis, Néstor Femenía, generó nuevamente toneladas de papel prensa, horas de espacio radial y televisivo. Unos hablando desde la justificación de un caso aislado, otros de un caso más en miles, etc. Es así que los “opositores” salen a “cazar” chicos, grandes, y ancianos con hambre o con enfermedades. El excesivo encomillado no es casual, ya que este chico no sale de la nada como por arte de magia. Solo se visualiza una situación corriente, siempre estuvo ese chico, como miles de chicos pobres de la zona. Cuando ponemos opositores entre comillas, queremos decir cogobernantes. Siempre tuvieron que negociar entre ellos para resolver los problemas de los grupos económicos, siempre alternaron entre unos y otros y los que hoy son gobierno, ayer fueron “opositores” y viceversa. Y el salir a “cazar” es porque se está haciendo eso, hoy los buscan unos para esconderlos, otros para mostrarlos.

La cuestión de fondo es la pelea por los cargos electivos, nuevos gerentes que representen a los poderosos. Tienen que ser tan confiables para sus patrones como los actuales, pero con un poco más de credibilidad hacia el pueblo que hay que engañar. Tarea nada sencilla, ya que nuestro pueblo, hoy ya no le cree a ningún burgués vestido de lo que sea: de progresista, de santo, de zurdito o facho. Sabe que todo lo que prometen no cumplen, saben que todo lo que dicen son mentiras. Es por eso que están en una crisis profunda.

En el 2007 en la etapa eleccionaria de ese año, “aparecieron” muchos aborígenes con desnutrición y en un estado de vulnerabilidad extrema. Se presentó ante la justicia, y ante las organizaciones internacionales cientos de denuncias y reclamos. En ese momento el gobierno radical mostró todas las “bondades” que realizaba ese gobierno con respecto a estos pueblos. Igual la corte suprema falló a favor de estos pueblos para que se solucione rápidamente estos problemas. Millones de pesos fueron destinados a resolverlo. Pero lo único que ocurrió es que muchos hicieron turismo por la zona, compraron muchas camionetas cuatro por cuatro, se sacaron miles de fotos. Crearon muchas dependencias en diferentes ministerios, hasta se creó una denominada “Salud Indígena” como si ellos tuvieran una morfología, una anatomía distinta. Lo que queda claro es que luego de 8 años los problemas subsisten, no se los solucionó. Y no son casos aislados, es la cotidianeidad de esta zona, y si uno quiere ocultarla, o justificarla a través de cuestiones culturales, o de respeto a sus creencias, es solo eso, ocultamiento, justificación.

Los pueblos originarios son necesarios para este sistema, la utilización de los mismos es sistemática, desde hace 500 años, desde hace 150 en nuestra zona, como mano de obra especializada en los obrajes de madera o como recolectores de algodón. O para conseguir créditos en los Bancos Mundial, BID, etc. o para la utilización propagandística. Y siempre poniéndolo en la situación de “pobrecitos los indios”.

Nosotros rescatamos de ellos su fuerza de lucha. La que tuvieron para defender su territorio (fueron prácticamente los últimos del país en ser excluidos de sus tierras), con la que resistieron a la esclavitud o explotación durante todo el siglo XX. Aquel espíritu de hace un par de años, cuando protagonizaron en Castelli una gesta popular con los docentes y organizaciones sociales, o del año pasado cuando enfrentaron a la policía del Chaco en la ruta 3 en Campo Medina y Pampa del Indio, histórica paliza que recibió la fuerza represiva. El que los reúne en asambleas en los barrios, para organizarse frente a la desidia y la agresión de los de arriba. Ese es el pueblo aborigen que levantamos, como parte de todo nuestro pueblo. Un pueblo combativo, un pueblo que día a día pelea por su dignidad, que busca de mil y una formas vivir mejor.

Este sistema capitalista jamás le va a ofrecer soluciones, sí prometer, sí mentir, pero jamás dar. La salida es la revolución socialista, y la misma, va avanzando, ya está en marcha, la velocidad depende de todos nosotros.

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