Escuchando a un periodista en la radio respondía a la pregunta de un colega sobre el salario de los docentes, sobre cómo se educan nuestros niños viendo que los mismos, año tras año, tienen que pelear por tener un ingreso digno y llegar a cuenta gotas a fin de mes. Al margen de la charla que entablaban estos dos periodistas el ánimo de la nota es verter un punto de vista al respecto de la educación, en el marco de una disputa por aumento salarial en un marco nacional donde el pueblo argentino está dispuesto a poner frenos a la voracidad capitalista.
La sociedad capitalista se rige completamente en pos de la ganancia, por lo tanto cualquier ser humano, niño o adulto es una mercancía más y se le da ese trato, independientemente del tipo de educación, si pública o si privada, la misma está concebida en esta sociedad y por lo tanto ha llegado a un techo. El capitalismo es un freno a las fuerzas productivas en todos los sentidos, es un tapón al posible desarrollo de la humanidad.
Ahora pasemos a lo particular y vemos, sin la necesidad de ser profesionales en el tema, que en muchos casos los centros de estudio funcionan como comedor para los chicos, o sea que el día que no hay clases ellos no comen. Sus padres por un “capricho” (decimos capricho aunque en realidad es la planificación de la producción teniendo como eje la cuota de ganancia y no el ser humano) productivo están o fuera la producción o quince horas metidos en la misma lo que dificulta sobremanera el cumplimiento de las necesidades básicas que el estado NO garantiza.
Después están los lugares donde todavía se les enseña a los chicos obviamente que bajo un programa hecho por el Estado de los monopolios y en base a sus necesidades y por supuesto NO centrado en las nuestras como pueblo. Vamos a obviar la cuestión académica y nos centraremos en la otra parte, en la que los docentes, los no docentes, los padres y los chicos llevan adelante, en base a lucha cotidiana y una organización extraordinaria, la educación.
Las condiciones son las que están a la vista de todos, edificios cada vez en peores condiciones, ausencia de materiales didácticos de primera calidad, cuando hace frío tenés mucho frío y cuando hace calor tenés mucho calor, pocos docentes para gran cantidad de chicos y, como arrancábamos la nota, salarios que no permiten tener una vida digna.
Ahora bien, donde hay capitalismo hay lucha de los pueblos por mejores condiciones de vida y el ámbito educativo es uno más. Ya sea por mejores salarios, en contra de alguna reforma, por conseguir materiales o el heroico hecho de llevar, en las peores condiciones, todos los días, esto adelante, nos hemos acostumbrado a luchar. Solo destruyendo este Estado, donde los monopolios y sus ganancias mandan, y construyendo un nuevo Estado socialista, donde la clase obrera y el conjunto del pueblo no sólo produzcan sino administren con sus propias manos todos los recursos, el problema educativo se resuelve de un día para el otro porque los niños vuelven a ser exclusivamente niños y no meras mercancías.