De qué hablamos cuando decimos crisis de la burguesía

La burguesía, por todos los caminos, intenta de una y mil maneras -con alguna iniciativa política-, “recobrar” la confianza del pueblo. Que sus negocios continúan y se la siguen llevando en pala, está claro para todos, pero les preocupa –y mucho- la situación, porque ya no es lo mismo que en otras épocas.  Antes, ellos tiraban una consigna o iniciativa y la “idea” caminaba… Aunque el consenso no era “óptimo”, lograban de alguna manera dar los pasos necesarios para el afianzamiento de sus políticas de explotación.

Hoy y luego de una innumerable cantidad de experiencias, “propias y ajenas”, el pueblo le da la espalda a cualquier iniciativa de la burguesía. Y en todos los terrenos: ya sea las fábricas, escuelas, barrios, centros de salud, etc.

La preguntan que se hacen los burgueses es: ¿Cómo avanzar en política cuando hay un pueblo que lucha y ya no se come el verso?

No cabe duda que seguirán intentando con viejas prácticas que utilizan hace años, intentando “comprar” referentes o dirigentes naturales de las luchas, de amedrentar y tratar de que se apechugue con aprietes; u otorgando planes, o alguna otra curita para zafar del momento y calmar las aguas. También, y si es necesario, tomarán nuestros reclamos para archivarlos, burocratizarlos, y dirigirlos a un camino desgastante y sin solución.

Pero el margen de maniobra que ellos tienen es cada vez menor. Y a ello debemos sumarle que la lucha les brota hasta debajo de las piedras; a lo que se suma más autoconvocatoria y democracia directa, que se afianzan en cada asamblea y en cada conflicto, como forma de organización y de enfrentamiento.

Esto, lejos de conformarnos es un condimento más en nuestro análisis a la hora de elaborar tácticas adecuadas para el momento, para poder saltar desde esta desconfianza y la lucha reivindicativa a otro estadío de la lucha de clases

Insistimos, ellos siguen haciendo sus negocios. Es simple: ellos todavía tienen el poder político y económico, y ello se debe a que las fuerzas revolucionarias aún son embrionarias.

Nuestro desafío es que los trabajadores y sectores populares, tomen el proyecto político revolucionario en sus manos, que se tuteen con las ideas revolucionarias, que sirvan de guía en el camino de la lucha ya emprendido de cuestionamiento al poder burgués y al cambio de sistema.

De esta forma es como avanzaremos en el proceso revolucionario en marcha hacia la toma del poder.

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