Armani: inco «moda»

Un gran caballito de batalla de la ideología burguesa es mostrar a los ojos de los desprevenidos ciudadanos  de cómo la clase obrera se está transformando en clase media, fundamentalmente porque se incorporó al consumo de mercancías, “accede” al mundo de la nada.

Así un obrero que tiene su celular, su coche, su tv de infinitas pulgadas y se toma unas vacaciones se lo puede “ascender” al estrato social “superior” de clase media.

¿Qué lugar ocupa el obrero desde la producción de esas mercancías?  Si es dueño o no de los medios de producción…todo eso no importa. Se trata, para la clase dominante, de desclasar a las sociedades y en ello trabajan incesantemente.

Ocultan  que lo que realmente está pasando es exactamente lo contrario, las sociedades humanas se están proletarizando rápidamente y en los dos sentidos, en el fundamental que es el lugar que ocupan en la producción y por el otro en la pobreza que se va extendiendo permanentemente.

Se van extinguiendo los sueños de “mi hijo” el doctor, “mi hijo” el abogado, los estudios y consultorios particulares por un proceso de concentración que abarca a toda la población.

Las masas empobrecidas y proletarizadas se ven privadas cada vez más de una vida digna.

No se logra salirse de la prehistoria en que está envuelta la sociedad humana cuando los medios de producción están cada vez más concentrados. Son épocas de convulsiones sociales que tienden a romper esos cercos para entrar a la verdadera historia que, como decía el “Che”, estamos transitando.

Un momento muy diferente de todo lo que la humanidad vivió, es decir la época en donde las revoluciones sociales se profundizarán hacia la negación de la división de las clases, terminando definitivamente con la explotación del Hombre por el Hombre.

En fin, tanto se habló del arribo de la clase obrera a la “clase media” que para muestra basta un botón.

En Camboya  la industria de confección abarca a 600.000 trabajadores; 90% de ellos son mujeres. Las exportaciones fueron superiores a 5.000 millones de Euros. ¿A dónde va el producto terminado? Fundamentalmente a Europa y a firmas como Giorgio Armani, Prada, Conbipel, Calzedonia, Diesel, Grupo Benetton, etc.

El salario es de 133 Euros mensuales. El 42% de los trabajadores sufre de anemia, 16% bajo peso y 8% inseguridad alimentaria. Trabajan 60 horas semanales. Y como si esto fuese poco la temperatura muchas veces llega a los 100 grados provocando una cadena de desmayos, los cuales se los intenta reducir con prácticas de arañazos sobre la piel. Estas empresas europeas, fundamentalmente Giorgio Armani Italiana le imprime a la moda la idea de “ascenso” social.

Empresas que fueron a Camboya, que van a los 5 continentes  para proletarizar antiguas masas  campesinas a las cuales no se les podía extraer plusvalía y a la vez crear un gran ejército de proletarios de reserva para chantajear y amenazar al proletariado mundial.

Cabe recordar que en el último año y gracias a la lucha proletaria de las costureras camboyanas Armani se vio obligado a instalar un sistema de aire acondicionado y pagar lo robado en primas de antigüedad. De ninguna manera la consigna fue el ascenso social a clase media.

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