En el contexto de plena campaña electoral los políticos burgueses dicen tantas pavadas y mentiras que llegan a niveles de un infantilismo y perversidad que, más allá de provocar indignación, en el fondo expresan la profunda crisis política que padece este sistema.
Están los que plantean que van a traer inversiones, que van a combatir el narcotráfico y la inseguridad como nunca antes se hizo, hasta los delirantes que afirman “que los principios básicos de la vida de un gobernante son no robar, no mentir y respetar a los pobres”; o los que tremendamente asustados, “opositores extremos” a las políticas del gobierno hoy comparten lo que antes era su principal crítica, como por ejemplo tirar loas a Aerolíneas Argentinas; ni hablar de los que se sienten revolucionarios. Así, los Massa, los Carrió, los Macri, los De La Sota, etc. sumados al gran engaño que es la política de este gobierno, pretenden generar una atmósfera en la que la política es sólo eso: que ellos son oficialismo y oposición dejando afuera al principal contendiente que es la clase obrera y el pueblo.
Pero lo que más se ha puesto en el tapete, donde no sólo los políticos sino también los medios de comunicación se hacen eco, es que gane quien gane, después de las elecciones si no se toman medidas con el cepo cambiario se viene el ajuste. Y aparece el “se viene el ajuste” como si fuera una tormenta con vientos y piedras cuando todo nuestro pueblo está ya con el agua hasta el cuello, asfixiado por la situación económica.
Así, el gobierno nacional afirma que si gana la derecha lo del ajuste y el recorte de “lo ganado” será inevitable; y la oposición empuja en su discurso afirmando que si gana el oficialismo se viene el ajuste.
Pero es bueno aclararlo, de qué hablan estos tipos? ESTAMOS EN EL AJUSTE!!!! O qué entienden por ajuste? Acaso no sufrimos una inflación de más del 40% en el 2014, y tan sólo por poner un ejemplo, que golpeó el bolsillo de todos los argentinos, y después, durante muchos meses, hubo que salir a arrancarles con paros y movilizaciones una recomposición salarial de arriba del 30%. Y eso fue una conquista en el marco del ajuste que nos imponían porque los monopolios se la jugaban a que la demanda salarial no supere el 24%.
Ahora, para los distraídos, mentirosos y oportunistas eso no es ajuste sino que el ajuste está por venir!!!! Que la garrafa económica para los más pobres (como les gusta decir a ellos) haya aumentado un 90%, eso no es ajuste? Que el aumento del salario mínimo lo den en dos partes hasta alcanzar fin de año, y sea de míseros $ 6.000.-, eso no es ajuste? En lo que van del año, aunque mientan, los productos alimentarios ya llevan más de un 22% de aumento (y eso como promedio porque hay productos que superan el 50% o 100%).
Entonces, qué entiende el arco político burgués que declama a los cuatro vientos que “después de las elecciones si no gano yo se viene el ajuste?”
Pero lo que se esconde más allá de la disputa de intereses intermonopólicos es que la constante de los procesos inflacionarios fundamentalmente está signada por la disputa del salario (entre otros factores) entre el poder monopólico y los trabajadores, y es ahí, en ese terreno, donde el poder dominante trata de sacar ventajas a pesar de que no se sienten cómodos en aplicar ajustes vía la carrera de precios. Les gustaría tomar otras medidas de achique de gastos, léase: disminución del salario, aumento de la súper exploración, y colocarnos en la sintonía de los niveles salariales mal llamados asiáticos. Entonces, la crisis que se vislumbra y que no se animan a decir, ya no es si se viene o no el ajuste sino una agudización de la disputa económica entre la clase trabajadora y los monopolios. La amenaza del ajuste como una abstracción lo que realmente encierra es una debilidad y una preocupación en relación a la correlación de fuerzas que el nuevo figureti de los monopolios tenga cuando asuma; es decir, si tendrá el margen o la capacidad de tomar las medidas que exige el poder monopólico para sus negocios, pues la lucha de las masas les presenta ese condicionamiento.
La disputa es económica y es política, dado que la intención de bajar los salarios y aumentar la explotación va acompañada del intento por disciplinar a la clase. Y allí la contienda política toma forma.
No es que nuestro pueblo rompió con la explotación y el saqueo, pero en las últimas luchas les puso un freno y les rompió el techo de sus porcentajes, de ahí que el debate del ajuste termina constituyéndose en el centro del problema y en una venta de humo estrictamente en el plano electoral intentando hacer creer que podemos llegar a estar peor. En realidad lo que esconden es un tremendo temor a la respuesta de nuestro pueblo y la incertidumbre política de la burguesía de cómo seguir transitando el próximo gobierno en donde ellos vislumbran aguas tormentosas que les puedan hacer dudar su gobernabilidad.