Nos piden tiempo ¿para qué?

 La burguesía, a través de sus aparatos de propaganda, expresa toda la bajada de línea que necesitan para intentar que el pueblo razone, piense y opine como ellos, desde “su” mirada de clase.

Es uno de los métodos más conocidos y viejos que utilizan, y si bien el pueblo muchas veces es consciente de ello, la burguesía no deja de intentarlo pues “miente, miente que algo quedara” es su frase de cabecera.

En los últimos tiempos podemos ver o escuchar cómo los medios vienen jugando su rol de clase, el que le corresponde a la actual etapa. ¿Qué quiere decir esto? Que hace meses atrás cada canal de TV o emisora de radio, como así también los diarios, se podía decir “este canal esta con Macri” o “esta radio es K”; pues así es como tales medios se mostraban, algunos apoyando a tal candidato abiertamente y otros al de la “oposición”.

Hoy, salvo raras excepciones, la gran mayoría expresa abiertamente el desprecio hacia la lucha de la clase obrera y el pueblo, algunos pidiendo la represión a gritos, otros en un tono moderado y con lindas palabras que “se aplique el protocolo!”. Y así se muestran tal cual son, y a qué clase pertenecen, incluso su estado de desesperación cuando ven que el poder del pueblo con su lucha ningunea sus leyes y amenazas, dejando expreso lo que de una u otra manera es su crisis política.

Pero donde están metiendo muchas fichas es en pedirle a nuestra clase de una y varias maneras, que le demos tiempo al gobierno, que han pasado pocos días desde que asumió, que seamos moderados en lo que pedimos, que lo dejen gobernar… -para las transnacionales obvio-, y aparecen opinólogos y el mismo presidente que sacan cuentas y plantean que para fin de año vamos a tener inflación cero o que tal año vamos a estar mejor y vaya a saber con qué van a salir mañana… Lo cierto es que esa es su preocupación real: el tiempo.

Claro, cuando la burguesía en otras épocas decía en su discurso “ramal que para, ramal que cierra”, pudieron extorsionar a la clase obrera, haciendo y deshaciendo prácticamente a su antojo, o sea, pudieron gobernar con los tiempos a su favor. El pueblo tiene memoria de esas épocas, y que cuando se los dejó gobernar les han hecho un gran daño a los trabajadores y al pueblo.

Hoy, estamos en un momento totalmente distinto y todos los días les revienta una granada en la mano en cualquier punto del país, desde luchas obreras y barriales, por pedido de aumento de salario o reincorporación de despedidos, por pedidos de justicia o por cortes de luz y agua, contra la contaminación ambiental, etc.

En conclusión, no se aceptan mansamente las políticas de explotación y miseria sino que en cada intento, la respuesta es más odio de clase, más rebeldía y respuestas contundentes.

Piden tiempo porque saben que van a contrarreloj y que la lucha de clase juega a nuestro favor. Y sus amos, los monopolios, en su afán de la competencia y la ganancia, necesitan esa calma en las clases oprimidas, que ya les es imposible manejar.

Esta es la realidad política de nuestro país, tanto para la burguesía como para el proletariado, en la cual salta a la luz las necesidades de nuestra clase para seguir avanzando en este proceso.

Estamos hablando de la profundización en la unidad política y de clase de los trabajadores y el pueblo, partiendo desde una necesidad y de los objetivos que se propongan, para hacer desaparecer definitivamente la explotación y la miseria a la que nos quieren condenar.

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