La megaminería otra vez es noticia. Producto de la incesante movilización popular de los pueblos catamarqueños contra el saqueo y la destrucción de los recursos naturales vitales para la vida humana y el medio ambiente, se logró poner freno al proyecto de minero de Agua Rica en Andalgala.
La persistencia de la lucha y a los estudios de impacto ambiental presentados por las organizaciones populares ante la corte catamarqueña, -que siempre avaló a las mineras- obligaron a ésta a una aprobación “condicionada” del proyecto de los monopolios, pero sin dudas rechazando el contenido de fondo de las demandas populares, que es ni más ni menos, el rechazo total a ese proyecto minero.
El fallo de “condicionamiento” del superior tribunal de justicia catamarqueño, da lugar únicamente al impacto ambiental que viene de la mano de los monopolios, que como sabemos por la experiencia histórica acumulada por los pueblos en sus luchas, es un estudio por demás hipócrita y mentiroso.
Incluso la propia Ley General de Ambiente fue pasada por alto en esta decisión condicional del tribunal y que ahora, dado el carácter cada vez más político y masivo de la lucha contra la megamineras, la Corte Suprema de Justicia está obligada a dar lugar a las demandas de las poblaciones, instruyendo a la justicia catamarqueña a que avale las denuncias planteadas.
La demanda de los vecinos insta a la empresa Minera Agua Rica LLC Sucursal Argentina, Yamana Gold Inc, a la provincia de Catamarca y al Municipio de Andalgalá a suspender todo tipo de trabajo de construcción destinado a la explotación de las Minas de Agua Rica, ubicadas en los nevados del Aconquija; y el cese definitivo del emprendimiento, por afectar los derechos a un ambiente sano y equilibrado, a la salud, a la integridad física y a la propiedad de todos los habitantes de la región.
Este proyecto monumental que lleva más de 10 años en ejecución es tres veces más grande que Bajo La Alumbrera. Y dado el aval del Estado monopólico y los sucesivos gobiernos a su servicio, de las 800 hectáreas originales que implicaba el proyecto original, hoy se agregan 16.000 hectáreas mas de “tierras cedidas” por el Estado a la oligarquía, dando una idea de la envergadura del negocio que pretenden. La mina está a solo 17 kilómetros de Andalgalá y de persistir este proyecto, esa “ciudad desaparece”, denuncian los vecinos. No son pocos los glaciares que desaparecerán y junto con ello las cuencas que nutren de agua a toda la región.
El consorcio asocia a las corporaciones Glencore Xstrata, Goldcorp y Yamana Gold, tres multinacionales “de origen” canadiense, norteamericano y suizo respectivamente, que expresan una parte de la oligarquía financiera mundial. Según sus propios datos, “durante la operación regular, lo que la mina procesará por día dará lugar a 140.000 toneladas de cobre, 9.200 toneladas de molibdeno, y 124.600 onzas de oro, utilizando 250 litro de agua por segundo”
El Estado burgués oculta esta situación de la lucha. Se pasa la pelota entre unas y otras instancias jurídicas y ejecutivas pero, en ese ir y venir, se ven obligados a retroceder frente a la movilización. Es una papa caliente que no aparece en los titulares de los medios del poder, y que expresa claramente la crisis política de la superestructura. Sin ir muy lejos la eximición de impuestos a las mega mineras por un lado y luego este fallo dando lugar a las demandas de la población de Andalgalá, grafican esto de forma evidente.
Esta programado que la mina Agua Rica comience su explotación a fines del 2018 pero, dado la pronunciada lucha y las críticas condiciones políticas que expresa la superestructura -aun contando con el Estado a su servicio-, se les hará cuesta arriba a los monopolios imponer como quisieran sus negocios.