En medio del manifiesto rechazo del conjunto de nuestro pueblo a las políticas de reducción salarial y ajuste de la oligarquía financiera (llevado adelante por su gobierno de turno) el pasado sábado, Macri intentó imitar la demagogia del pasado gobierno y ensayó un patético nuevo engaño, lanzando “un paquete de medidas sociales”. El objetivo: mostrar el “lado humano” del capitalismo.
Las medidas incluyen 500 pesos en mayo, por única vez, para jubilados y pensionados de haber mínimo y para quienes perciben la Asignación Universal por Hijo. Además, devolución del IVA de los productos de canasta básica para jubilados y pensionados que perciben el haber mínimo y para beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo hasta un tope de 300 pesos por mes. Y una extensión de las asignaciones familiares a los monotributistas de las escalas más bajas.
Muy lejos de bajar el termómetro social, por el contrario lo único que ha logrado es aumentar la creciente ira de los argentinos.
“Nos están matando y nos chirolean” dicen los jubilados, expresando el sentimiento de todos los “beneficiarios” de los anuncios que no mitigan, en lo más mínimo, la miserable y desesperante situación de nuestros viejos y desocupados.
Mientras retumba la bofetada a los sectores más indefensos de nuestro pueblo, desde el Ministerio de Energía se preparan nuevos anuncios al estilo de los que beneficiaron a agroexportadores y mineras. Se trata del subsidio de las tarifas de luz y gas en la Capital Federal y el conurbano bonaerense de las llamadas industrias electro intensivas, medida que beneficia directamente a las automotrices, las mismas que “se la llevaron con pala” en la “década ganada”.
La burguesía apunta a que el ajuste tarifario solo recaigan en los ya “jodidos” bolsillos del pueblo trabajador, que cotidianamente demuestra no estar dispuesto a ser el “pato de la boda”.
Las movilizaciones contra el tarifazo eléctrico, van en crecimiento y la lucha salarial crece a pesar del chantaje del despido, acorralando a las “gerencias sindicales” que no saben de qué disfrazarse frente a las demandas instaladas desde las bases. Como el caso de la UOM donde miles reclaman el 47%. Frente a ello, intentando salvar su ropa, los jeques sindicales inventan “paritarias cortas” o “mini paritarias”, para tratar de contener la aluvión obrero que se avecina.
Los trabajadores y todo el movimiento masas ya han asumido que al poder se lo hace retroceder en la lucha y no con el “llorisqueo” reformista que le reclama a la burguesía “que no sea tan mala”.
Así fue con el “protocolo de seguridad”. El pueblo lo “derogó” de hecho ocupando calles y rutas, y los auxiliares escolares de la provincia de Buenos Aires, con su movilización y acción directa, en solo un minuto recuperaron los descuentos del 70% de sus salarios implementados por la gobernadora Vidal, que intentaba disciplinar a los trabajadores en sus reclamos.
En medio de la agudización de su crisis política, el poder y su gobierno empiezan a retroceder. Y es momento de, con la unidad en la acción y consolidando las organizaciones de base, ir a fondo por nuestras reivindicaciones y reclamos.