La lucha de toda la comunidad educativa universitaria el viernes pasado, dio una extraordinaria demostración de fuerza, cuando más de 40.000 personas se manifestaron en un claro ejemplo de unidad y repudio a las actuales políticas de ajuste, donde la educación tampoco queda al margen, ya sea por la pobreza del presupuesto universitario como de la demanda salarial, y de todas estas políticas de explotación a las que nos quieren someter los monopolios.
La unidad de docentes, no docentes y alumnos que se está desarrollando expresa una nueva calidad en organización, donde se visualiza con muchísima importancia la necesidad de resolver los problemas de unidad y el desarrollo de las organizaciones independientes a este sistema. El ejercicio asambleario, parados desde cada facultad, donde confluyen trabajadores y estudiantes, discutiendo y resolviendo acciones en forma colectiva, desborda y supera los estrechos márgenes de las instituciones burguesas y la visión puramente de aparatos de las políticas reformistas.
Es digno de destacar la inmensa cantidad de pequeñas agrupaciones estudiantiles de base que, por su número y variedad, se hicieron las más notorias. Al igual que como dicen los estudiantes: “en mi curso nos organizamos para ir a la marcha”. Así se hicieron presentes masivamente docentes universitarios, trabajadores no docentes, y no menos importante fue la presencia de personalidades de trascendencia internacional de la ciencia y la investigación, donde tampoco faltaron directivos de facultades. Destacada fue la columna de Exactas, así como la presencia de la UTN, estudiantes de la Universidad de La Matanza y de la Universidad de Hurlingam. Es decir, una masividad que opacó a los aparatos de todo tipo.
Esta lucha, que viene desde hace unos cuantos días en el plano nacional, con cortes y clases abiertas, se está dando como una bola de nieve que reaviva el fuego de un sector tan dinámico como el universitario, que hacía muchos años que no se veía. Donde la clave del triunfo comenzó a mostrar sus primeras cartas, no ya de un sector en particular, sino de la gesta de un poder del pueblo con aspiraciones a conquistar una vida digna, donde coloque al ser humano y la naturaleza por encima de la ganancia, situado a la ciencia y la educación al servicio de las necesidades de todo un pueblo.
Hechos de unidad de toda la comunidad educativa universitaria a lo largo de este conflicto que trasciende ya a la movilización, son alentadoras para toda la lucha que viene desarrollando el resto de la clase obrera y el pueblo. Y es para que estos gobernantes, empleados de los monopolios, y los monopolios, vayan repensando, reviendo, las medidas que han tomado contra el pueblo, porque la enérgica lucha que está demostrando la comunidad educativa son y expresan una amenaza cierta contra todas estas políticas anti populares que resultan inaceptables para todo el país.