La clase obrera y su acción ofensiva contra la burguesía

Cuando la defensiva se desarrolla en modo satisfactorio, e impide al atacante concretar sus planes, su carácter es cada vez más ofensivo, pues debilita al enemigo, tanto en el plano objetivo material, como en el plano subjetivo. Así, defender una posición, no implica necesariamente adquirir una posición pasiva o negativa en el plano estratégico, sino que se presenta como la antesala de un avance efectivo y contundente sobre el fallido intento de avance por parte del oponente.

La burguesía hoy día toma iniciativas que aparecen como ofensivas desde el punto de vista del fenómeno: disminución del salario mediante aumento de precios, tarifas, devaluación, mayor impunidad policial en algunos sectores de la sociedad, y demás acciones que apuntan a la disminución de la masa salarial y el disciplinamiento de la clase obrera en general. En los últimos meses han aumentado sus ganancias, ello resulta indudable. Pero en el plano estratégico se encuentran cada vez más desgastados: al brutal tarifazo le siguió una lucha que todavía continúa por su anulación, donde no les quedó otra que disminuir la magnitud del aumento que pretendían aplicar. En las fábricas y centros laborales la rebeldía a aumentado, lejos de contenerse con las medidas que pretenden imponer. El fallido intento de implementar los turnos americanos como ellos querían tnto en tiempo y en forma, en VW, Ford, Ledesma  y El Tabacal representa de manera clara la situación general de la lucha de clases. La oligarquía financiera a nivel mundial, y en nuestro país en particular, lanzó una ofensiva para disciplinar a la clase obrera y disminuir el precio de la fuerza de trabajo (tal como lo remarcábamos en la nota de ayer respecto a la lucha de la clase obrera en Francia contra la flexibilización laboral). En el intento, de acometer su objetivo como ellos querían, lo que lograron, en última instancia, fue fortalecer las organizaciones obreras. La defensa de los derechos laborales conquistados no se desarrolló de forma negativa, sino todo lo contrario: al repeler la ofensiva de la burguesía se robusteció la organización de los trabajadores, tanto en el plano objetivo como en el plano subjetivo. Como decíamos más arriba, se trata de la antesala de un avance efectivo. Al mismo tiempo que se producen estas repulsiones a las iniciativas de la burguesía, en otras fábricas se avanza con reclamos históricos, como sucede con el caso de la TIPOITI, en Corrientes, después de una huelga histórica.

Por eso, cuando analizamos el mapa de la lucha de clases no debemos hacerlo con respecto a la iniciativa que toma la oligarquía financiera, sino en estrecha relación con el tipo de respuesta producida por las más amplias masas del proletariado y el conjunto del pueblo, puesto que en esa respuesta se manifiestan las verdaderas transformaciones en los modos de organización de la clase. Ofensiva y defensa se alternan dialécticamente a lo largo y ancho de todo el país, lo importante es el factor positivo que se expresa tanto en una como en otra. Y allí donde la clase defiende sus derechos conquistados, lo hace positivamente, desplegando y fortaleciendo la organización; allí donde toma actitudes ofensivas, consigue sus objetivos. Sin embargo, cuando la burguesía ataca, su solución es negativa, a pesar incluso de conseguir algunas victorias parciales.

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