El desarrollo de la ganancia es la razón de ser de la burguesía monopolista. En el mundo sobreabunda una inmensa masa de capital que busca reproducirse y que se traduce en las llamadas inversiones industriales, que buscan por medio de la explotación de la clase obrera acrecentar las ganancias de los monopolios.
La producción industrial está atada a las necesidades del capital mundial; si para ello produce mercancías masivas (como por ejemplo, alimentos básicos o vehículos de alta gama para un selecto núcleo social de la propia clase burguesa), ello no está determinado por las necesidades sociales sino por la ganancia que busca obtener.
Si bien el capital produce socialmente su motivación, es la apropiación privada de la ganancia; por ende, la producción social no está en función de las necesidades sociales sino en la medida que esta acreciente el capital de la burguesía monopolista. El tiempo en que este acrecentamiento de la ganancia se materialice es fundamental para no perecer frente a competencia intermonolpolista. Para la monopolización de otras esferas de la producción.
Los monopolios no tienen otro medio para ganar rápidamente que reducir la masa salarial. Por ende, los medios por los cuales el capital busca sacarle el mayor jugo a la explotación son medios políticos. Son decisiones de los monopolios y del Estado a su servicio, que de la mano del gobierno de turno, implementa las políticas que hagan y viabilicen el desarrollo de la superexplotacion y la reducción del salario.
Todo ello implica la imposición de condiciones laborales más exacerbadas e inhumanas a la clase obrera. Para ello busca aumentar la productividad ampliando el ritmo de trabajo y reduciendo el tiempo de trabajo necesario. Busca e implementa la disponibilidad de fuerza de trabajo en función de la productividad, y desarrolla la flexibilidad laboral que es la expresión política de estas condiciones de producción a la clase obrera.
El tiempo en el cual el acrecentamiento de la ganancia y la realización de negocios en otros confines del mundo están íntimamente ligados a las leyes de flexibilidad laboral y la reducción del salario por medios inflacionarios, ajustes, etc. Por eso, la obtención de la ganancia que persiguen los monopolios no es sólo un hecho económico, sino fundamentalmente político, que atañen al conjunto de condiciones de vida de la clase obrera presente y futura, y que hoy se buscan reproducir sobre una base mas exacerbada de las condiciones de producción: las imperiosas necesidades de ganancias rápidas de los monopolios.
Los recientes despidos en Pirelli de 80 trabajadores contratados, no sólo grafican con harta evidencia lo expuesto sino, que pintan de cuerpo entero, fuera de las frías definiciones expresadas, la consecuencias de las políticas de los monopolios sobre los trabajadores.
En este fin de semana, toda la gerencia de la empresa no sólo ha echado a 80 trabajadores de agencia, sino que por medio del hostigamiento y la presión sobre los trabajadores “ha implementado la reducción del personal efectivo” de planta a través de un centenar de retiros voluntarios en su planta de Merlo.
En Pirelli, el incremento de la inversión se traduce en el nuevo negocio de la producción de cubiertas para vehículos de alta gama y el abandono de la producción de cubiertas para vehículos comunes. Este negocio, que no es ajeno a Fate y Brigestone, implica una nueva división del trabajo en este cartel monopolista de tres grandes corporaciones mundiales.
El negocio monopolista que se expresa en Pirelli, con mayor inversión en tecnología y en medios de producción que buscan la reducción de costos -léase salarios-, al mismo tiempo busca la reducción de la fuerza laboral que debe- ahora con 150 obreros menos- cubrir no sólo la producción de antes sino, por lo que la empresa ha dicho aumentarla. Implica el incremento de la productividad, es decir se multiplica la explotación. Una fuerza laboral reducida que no solo producirá igual que antes sino, más que antes.
Cabe además agregar que, lejos de las promesas de mantenimiento de la fuerza laboral vertidas por Pirelli, el mundo capitalista de hoy abona el terreno de la discontinuidad laboral, pues la marcha de los negocios rápidos de los monopolios requieren de una fuerza de trabajo disponible y flexible para uso y abuso del capital en todo momento, que por medio de las agencias de empleo temporario esté dispuesta a someterse a estas condiciones y el manoseo funesto que se pretende sobre ella.
Esta fuerza que vive, tiene hijos, familias, y aspiración a una vida digna es tratada como si fuera un desecho, una cosa descartable. ¡¡He aquí la humanidad del capital y el servicio que las agencias de empleo cumplen!!
La amplia mayoría de los trabajadores despedidos son obreros de Pirelli, no de agencia, así lo entiende la mayoría de los trabajadores de la planta.
Con más de dos años de antigüedad, desarrollando trabajos idénticos a los demás obreros, esta fuerza de trabajadores temporarios despedidos pretende ser usada como ejemplo de disciplinamiento a los demás obreros. Los monopolios pretenden -desde esta división entre efectivo y contratado-, dividir a los obreros y condicionar cualquier acción unitaria. Pues sabe que su debilidad es la propia unidad de la clase obrera imponiendo sus condiciones a las patronales.
No es casual que Pirelli haya ofrecido como algo inédito en su historia de negrerismo y explotación, un plus indemnizatorio a los trabajadores contratados por agencia, para que acepten mansamente perder sus fuentes de trabajo. Tampoco es casual que hayan recorrido la planta durante el fin de semana obligando a los obreros a conversar con los gerentes para que estos desplieguen su arsenal de amenazas y falsas promesas, para que de esta decisión política de la empresa no surja como contrapartida una iniciativa organizada de acción y lucha de los trabajadores.
El miedo no es sonso y los monopolios hábiles en estas cuestiones de intrigas y extorsión, abren el paraguas frente al temor que nuevamente los obreros redoblen la apuesta y por medio de asambleas legitimas y acción directa, les claven paros, movilizaciones y unidad independiente. Y además de ello, vayan mas allá con un plan de lucha que se plantee desde una posición de poder y unidad con los obreros de otras empresas no permitir más empleos de agencia, trabajo efectivo inmediato, incorporación de los despedidos, trabajo en condiciones dignas, aumentos de salarios, y organización independiente de las cadenas del capital.
La debilidad de las patronales es precisamente lo que se desnuda, y lo que han venido haciendo durante este fin de semana lo grafica. La lucha de clases no pueda estar contenida y desborda toda las previsiones que los monopolios intentan, mas cuando los obreros se disponen a enfrentar desde la necesidad del trabajo digno y la vida digna, las lacras que el sistema capitalismo ha creado.
¡¡Viva la unidad de la clase obrera, abajo la dictadura del los monopolios!!