El ministro de educación de la provincia de córdoba Walter Grahovac, ha sido el mejor reflejo de como la incisiva lucha de los trabajadores en general y de los docentes en particular va llevando a un callejón sin salida la negociación paritaria como parte de la institucionalidad burguesa.
Dice el ministro a los docentes. “No entiendo como pueden ser tan inflexibles para no sentarse a negociar y de ante mano lanzar un paro, siendo que nos hemos comprometido a incluir en el acuerdo una cláusula gatillo por si el nivel de inflación supero el 18%… He incluso nos comprometemos a pagarles lo que nos habíamos comprometido a pagarles en las paritarias del 2015 y 2016 y no cumplimos….” Un verdadero reflejo de cómo -hoy por hoy- es insostenible el sistema de negociación paritaria que la burguesía pretende llevar adelante, para frenar el avance cada vez más político de la lucha salarial en nuestro país.
A propósito de ello, podemos decir que en el proceso de agudización de la confrontación salarial, el proletariado y el pueblo hemos ido avanzando escalón tras escalón, transformando a la lucha económica en cada vez más política.
Para empezar, la burguesía fue forzada por las masas a instaurar nuevamente el sistema de negociación paritario, luego los topes de aumentos que intentaron imponer fueron superados, hechos que empujaros a que los gremios y sindicatos (parte esencial de la santa alianza) tuvieran que jugar un papel cada vez más deplorable de cara a los trabajadores.
Así, las nuevas metodologías de luchas fueron apareciendo y los trabajadores comenzamos a reclamar organizados desde la autoconvocatoria, aumentos adicionales a los que las dirigencias traidoras iban orquestando con las empresas. Luego, a esa reivindicación se le fueron sumando los reclamos por mejores condiciones de trabajo también por fuera de los fraudulentas negociaciones de los gremios y así las metodologías se fueron agudizando y desplazando de plano -aunque momentáneamente- a los burócratas de la dirección políticas de esas luchas.
Allí con los gremios desbordados por la fuerza de las bases, los monopolios tuvieron que borrar con el codo lo que escribían con la mano, anulando acuerdos, conciliaciones obligatorias etc. Hundiendo en lo más profundo de la crisis a sus instituciones que ya no le sirven para contener a las masas.
Sin dudas, las ridículas expresiones del ministro desvelan la fragilidad con la que el estado como garante de los monopolios tendrá que enfrentar las nuevas contiendas que se avecinan.
Hoy, con el alto contenido político, el materializado y el potencial que caracteriza a la lucha salarial en nuestro país, el aspecto político-social de ésta, comienza a despuntar un nuevo piso.
La burguesía, encerrada en un callejón sin salida y con la necesidad de sostenerse en este sistema moribundo, cae inevitablemente en la mayor anarquía jamás vista. Tensando la lucha de clases al punto de que en cualquier momento, cualquier sector de masas con la suficiente determinación, puede provocar un cambio sustancial en la vida política y la acumulación de fuerzas a favor de la idea de una salida revolucionaria.